La tragedia ha golpeado de nuevo a la comunidad colombiana en Guatemala. Nyny Jhoanna Montaña Rodríguez, una mujer boyacense de 31 años, llena de sueños y con un espíritu emprendedor inquebrantable, fue encontrada sin vida en circunstancias que aún se investigan. El hallazgo de su cuerpo en un congelador desconectado en un restaurante de Panajachel, Sololá, ha conmocionado a dos naciones y ha dejado a su familia sumida en un profundo dolor, clamando por justicia y respuestas.

La historia de Nyny es la de muchas colombianas que buscan un futuro mejor fuera de su país. Dejó su natal San Eduardo, Boyacá, a los 16 años para labrarse un camino en Bogotá. Con esfuerzo y dedicación, terminó su bachillerato y estudió salud dental. A los 19 años, formó una familia, pero la búsqueda de nuevas oportunidades la llevó a Guatemala, donde residió por más de una década.

En tierras guatemaltecas, Nyny se dedicó al comercio de ropa de segunda mano, un negocio que le permitía mantenerse a flote. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de dificultades. La separación de su esposo y la pérdida de la custodia de su hija de 10 años fueron golpes duros que marcaron su trayectoria. A estos se sumaron problemas económicos que la llevaron a perder sus negocios, dejándola en una situación vulnerable.

Su hermana Tatiana, quien reside en España, relató al diario colombiano El Tiempo la angustia que vivió al enterarse de la desaparición de Nyny. La última vez que la vieron con vida fue el 23 de mayo en el centro comercial El Dorado, según publicaciones en sus redes sociales. Ese mismo día, su exesposo alertó a Tatiana sobre su desaparición. La versión del entonces pareja sentimental de Nyny, un jugador de baloncesto, fue que ella se quedaría en el local mientras él viajaba a Estados Unidos. Esta versión, sin embargo, genera más preguntas que respuestas.

La activación de la Alerta Isabel-Claudina movilizó a las autoridades guatemaltecas, quienes finalmente encontraron el cuerpo de Nyny en un congelador horizontal dentro del restaurante que, según informes, alquilaba su pareja. La escena, desgarradora, presentaba a Nyny recostada sobre cartones, con su celular a su lado, en un avanzado estado de descomposición. Si bien no se observaron signos visibles de violencia, la Fiscalía contra el Delito de Femicidio ha tomado el caso, reconociendo la vulnerabilidad de la víctima y la necesidad de una investigación exhaustiva.

La incertidumbre y el dolor se agravan con la espera de los resultados de la autopsia, que podrían tardar hasta tres meses. Mientras tanto, la familia de Nyny, que ha viajado a Guatemala para gestionar la repatriación de su cuerpo, se enfrenta a una nueva batalla: reunir los fondos necesarios para traerla de vuelta a casa. Han iniciado una campaña de recolección, apelando a la solidaridad de la comunidad para poder darle a Nyny el último adiós que merece.

Este caso, lamentablemente, no es aislado. Se suma al reciente asesinato de otra colombiana, Catalina Vélez Henao, en Santa Rosa, lo que enciende las alarmas sobre la seguridad de las ciudadanas colombianas en Guatemala. La exigencia de justicia para Nyny se convierte en un clamor colectivo para que se esclarezcan las circunstancias de su muerte y se garantice la protección de las mujeres migrantes que buscan un futuro mejor lejos de su hogar. La solidaridad y el apoyo a la familia de Nyny en estos momentos difíciles son fundamentales para que puedan afrontar esta tragedia y encontrar un poco de paz en medio del dolor.