El sol, implacable, se convertía en un desafío más para los miles de corredores que se congregaron en el Parque de los Venados. 16 kilómetros de asfalto, una auténtica prueba de fuego antes del Medio Maratón de la Ciudad de México. La humedad, preámbulo del verano que se avecinaba, se pegaba a la piel como una segunda camiseta, exigiendo un esfuerzo extra a cada zancada. La altimetría, caprichosa, jugaba con las fuerzas de los participantes, dibujando un recorrido con subidas y bajadas que ponían a prueba la resistencia de incluso los más experimentados. El sold out de la carrera, con siete mil participantes, era un testimonio palpable de la pasión que despierta el running en la capital.

El ambiente, una mezcla de nerviosismo y emoción, se electrificaba con las bromas y los ánimos entre corredores. Pancartas ingeniosas, como la que rezaba "Córrele que ahí viene el SAT", arrancaban sonrisas cómplices entre la multitud. Preguntas inocentes, como la del corredor novato que se preguntaba si la salida se organizaba por número, añadían una dosis de frescura al ambiente pre-competitivo. Se palpaba en el aire una mezcla de veteranía y entusiasmo primerizo.

La recta inicial, un tramo de casi dos kilómetros sobre División del Norte, entre la Alcaldía Benito Juárez y la Alberca Olímpica Francisco Márquez, era solo un aperitivo de lo que vendría después. Un preludio que se extendía por Río Churubusco, desafiando las piernas con su longitud y la promesa de un regreso aparentemente interminable. El recorrido, serpenteante, abrazaba la ciudad, pasando por Calzada de Tlalpan y Avenida Ermita Iztapalapa antes de retomar División del Norte en una ruta que ponía a prueba la fortaleza mental y física de los participantes.

Al llegar a la meta, la sensación de alivio se mezclaba con el orgullo del reto superado. Las piernas, a punto del calambre, eran un testimonio del esfuerzo realizado. Sin embargo, la mente ya estaba puesta en el próximo objetivo: el Medio Maratón de la CDMX, un paso más en el camino hacia la gran prueba, el Maratón capitalino que se celebraría el 31 de agosto.

Emmanuel Angel Reyes Montes y Ariadna Abigail Rivera, con tiempos de 50:52 y 1:02:30 respectivamente, se coronaron como los vencedores absolutos de esta batalla contra el asfalto y el calor. Sus nombres se inscribían en la lista de los campeones, un reconocimiento a su dedicación y constancia. Detrás de ellos, Abraham Daniel Hernández (51:22) y Oswaldo Victoriano Velazquez (51:35) completaban el podio masculino, mientras que Aranza Alejandra Flores (1:03:26) y Andrea Berenice Genis (1:03:36) hacían lo propio en la categoría femenina. Sus logros, una inspiración para todos aquellos que sueñan con cruzar la meta y superar sus propios límites.

La próxima cita con los Adidas Splits, el 27 de julio en Paseo de la Reforma, con sus 30 kilómetros y el emblemático Bosque de Chapultepec como telón de fondo, prometía un nuevo desafío. Pero antes, el 13 de julio, la Torre del Caballito se convertiría en el punto de partida del Medio Maratón de la CDMX, una prueba clave en el calendario de los corredores capitalinos. 21 kilómetros de asfalto que separarían a los participantes de la gloria, una nueva oportunidad para desafiar sus límites y acercarse un poco más a la meta final. La ciudad, convertida en un inmenso circuito, esperaba con los brazos abiertos a los miles de corredores que se atreverían a conquistar sus calles.