La tarde del 8 de junio se vio empañada por un incidente que nos recuerda los riesgos a los que se enfrentan día a día quienes velan por nuestra seguridad. Un conductor, al parecer perdiendo el control de su vehículo, impactó contra un punto de control del programa Conduce sin Alcohol, mejor conocido como alcoholímetro, ubicado en el concurrido cruce de Calzada de Tlalpan y Eje 7 Sur Municipio Libre, en la colonia Portales. El saldo: tres oficiales heridos y un recordatorio de la importancia de la responsabilidad al volante.

Imaginen la escena: el bullicio habitual de la ciudad, el ir y venir de los coches, la labor de los oficiales concentrados en garantizar la seguridad vial. De pronto, la tranquilidad se rompe con el violento impacto de un automóvil blanco contra la patrulla estacionada. El metal retorcido, el sonido de los cristales rotos, la confusión inicial… una imagen que nadie quisiera presenciar.

Tres servidores públicos, dedicados a proteger a la ciudadanía, resultaron lesionados en el cumplimiento de su deber. Los paramédicos, tras una rápida evaluación, diagnosticaron a una oficial con traumatismo craneoencefálico moderado – una lesión que nos hace pensar en las posibles secuelas y la angustia de sus familiares –, a otra con lumbalgia postraumática – un dolor que puede ser incapacitante y requerir un largo proceso de recuperación – y al tercer oficial con dolor precordial y policontundido. Imaginemos el dolor, la incertidumbre, la preocupación por su salud y la de sus seres queridos.

Los tres fueron trasladados de inmediato a un hospital para recibir la atención médica especializada que requieren. Mientras tanto, el conductor responsable, un hombre de 53 años, fue diagnosticado con probable fractura en la muñeca derecha y policontusiones. A pesar de las recomendaciones médicas, se negó a recibir atención, un hecho que sin duda añade interrogantes a la situación. Fue detenido por las autoridades, quienes ahora deberán esclarecer las circunstancias que llevaron a este lamentable incidente.

Pero el daño no se limitó a los oficiales y la patrulla. La fuerza del impacto alcanzó a otro vehículo que se encontraba en resguardo del programa Conduce sin Alcohol, un recordatorio de que la irresponsabilidad al volante puede tener consecuencias impredecibles y afectar a personas inocentes. Las autoridades ministeriales ya han sido informadas de los daños a este vehículo, y se espera que se realicen las investigaciones pertinentes para deslindar responsabilidades.

Este incidente nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prudencia y la responsabilidad al conducir. El alcohol al volante no solo pone en riesgo la vida del conductor, sino también la de peatones, ciclistas y otros automovilistas. Los oficiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, como los tres heridos en este evento, arriesgan su integridad física para protegernos de las consecuencias de la imprudencia. Recordemos que su labor es fundamental para construir una ciudad más segura para todos.

Esperamos la pronta recuperación de los oficiales lesionados y que se esclarezcan las circunstancias de este incidente. La seguridad vial es una responsabilidad compartida. Conducir con precaución, respetar las normas de tránsito y evitar el consumo de alcohol antes de manejar son acciones que pueden salvar vidas. Hagamos nuestra parte para construir un entorno vial más seguro para todos.