Un cambio de paradigma en la salud pública mexicana se vislumbra en el horizonte. La construcción de siete nuevos hospitales del IMSS, a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional, no solo representa un incremento en la infraestructura médica del país, sino la materialización de un ambicioso proyecto: la consolidación de un Sistema Nacional de Salud Pública robusto y unificado. Este ambicioso plan, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, promete un acceso a la salud más equitativo y eficiente, donde la atención médica no esté limitada por la afiliación a una institución específica.

La eficiencia y capacidad de los ingenieros militares, demostrada en proyectos de gran envergadura como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren Maya, se pone ahora al servicio de la salud de los mexicanos. Estos 200 ingenieros, que según la propia presidenta parecen 2,000 por su incansable labor, se convierten en los artífices de un futuro donde la salud sea un derecho garantizado para todos. Su trabajo, más allá de la construcción de ladrillos y cemento, cimienta las bases de un sistema de salud más justo y accesible.

Imaginen un escenario donde, ante una emergencia médica, la preocupación no sea la institución a la que se está afiliado, sino la pronta atención. Este es el panorama que se perfila con el Sistema Nacional de Salud Pública. Presentar la credencial y recibir la atención necesaria, sin importar si se es beneficiario del IMSS, ISSSTE o cualquier otro sistema, será la norma. La interconexión entre instituciones permitirá una mayor cobertura y una respuesta más rápida y eficiente ante cualquier eventualidad.

La construcción de estos siete hospitales no es un hecho aislado, sino un paso firme hacia la transformación del sistema de salud. Se trata de una apuesta por la integralidad, donde la atención médica no se fragmente por instituciones, sino que se centre en el bienestar del paciente. Este enfoque integral, además de garantizar el acceso a la salud, permitirá una mejor gestión de los recursos y una mayor eficiencia en la prestación de servicios.

La colaboración entre el gobierno y la Secretaría de la Defensa Nacional en este proyecto es un ejemplo de sinergia institucional en beneficio de la población. La experiencia y capacidad de los ingenieros militares, combinada con la visión de un sistema de salud unificado, se traduce en una promesa de bienestar para todos los mexicanos. Un futuro donde la salud no sea un privilegio, sino un derecho garantizado y accesible.

Este ambicioso proyecto no solo representa un avance en materia de infraestructura, sino un cambio de paradigma en la concepción misma de la salud pública. Se trata de construir un sistema más humano, más eficiente y más justo, donde la atención médica sea un derecho universal y no un privilegio de unos cuantos. Un sistema que ponga en el centro el bienestar de las personas y que garantice el acceso a la salud para todos, sin importar su afiliación institucional. El camino hacia la consolidación de este Sistema Nacional de Salud Pública está en marcha, y la construcción de estos siete hospitales es un paso decisivo en esa dirección.