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7 de junio de 2025 a las 19:30

Justicia para Guadalupe: 11 años, silenciada.

La tragedia ha teñido de luto las paredes de la Fundación Pelota de Trapo en Avellaneda, Buenos Aires. Guadalupe Ale, una niña de tan solo 11 años, fue encontrada sin vida en el interior de un armario el 12 de marzo de 2020. La versión oficial apunta a un suicidio por ahorcamiento, una conclusión que desgarra el alma, pero que su madre, Elena Maidana, rechaza con la fuerza de una leona que defiende a su cachorro. Para ella, la verdad se esconde en las sombras de la institución, un lugar que debía ser un refugio para Guadalupe y su hermano Felipe, obligados a residir allí debido a la precaria situación económica de su madre, una viuda que luchaba día a día para sacar adelante a sus hijos.

Elena dibuja a Guadalupe como una niña sin problemas emocionales aparentes, sin indicios que pudieran presagiar un acto tan extremo. "No tenía motivos para quitarse la vida," repite con la voz quebrada por el dolor. Pero la autopsia reveló una verdad aún más perturbadora: signos de abuso sexual y presencia de alcohol en la sangre de la pequeña. Estos hallazgos, lejos de cerrar el caso, abrieron una caja de Pandora llena de preguntas sin respuesta. ¿Quién podría hacerle daño a una niña inocente bajo el supuesto amparo de una fundación benéfica? Para Elena, la respuesta es clara: "A mi hija la mataron para que cerrara la boca, y el que la mató está ahí dentro."

La actuación de la Fundación Pelota de Trapo tras el hallazgo del cuerpo de Guadalupe ha levantado aún más sospechas. Elena denuncia una demora inexplicable en la notificación del fallecimiento, una fría indiferencia por parte del personal y la presencia de un trabajador inmigrante chileno, un "mochilero" sin contrato formal, que desapareció misteriosamente días después de la tragedia. Este individuo, inicialmente considerado sospechoso, se esfumó sin dejar rastro, alimentando la hipótesis de una posible implicación y encubrimiento. ¿Se realizó una investigación interna exhaustiva? ¿Por qué la fundación continuó operando con normalidad tras un suceso tan grave?

La sombra de la impunidad se cierne sobre el caso. A pesar de las evidencias y las denuncias de la madre, las autoridades argentinas parecen haber archivado el caso como un simple suicidio. No hay detenidos, no hay avances significativos en la investigación, solo el silencio y la desesperación de una madre que clama justicia. Pero Elena no se rinde. Con la tenacidad de quien ha perdido lo más preciado, recorre todos los caminos legales, busca apoyo en los medios de comunicación, dispuesta a remover cielo y tierra para que la muerte de su hija no quede impune.

El abogado de Elena ha sacado a la luz otro dato escalofriante: la muerte de otro menor en las instalaciones de la Fundación Pelota de Trapo en 2006. Un caso silenciado, sepultado bajo un manto de irregularidades. ¿Existe un patrón de negligencia, o algo más siniestro, en las entrañas de esta institución?

La lucha de Elena Maidana es la lucha de todas las madres que han perdido a sus hijos en circunstancias inexplicables. Es un grito desesperado en busca de verdad y justicia, un recordatorio de la vulnerabilidad de la infancia y la necesidad de proteger a los más débiles. La historia de Guadalupe Ale no puede quedar en el olvido. Es una herida abierta en la sociedad argentina, una llamada a la reflexión sobre la responsabilidad de las instituciones y la importancia de escuchar la voz de quienes claman justicia.

Fuente: El Heraldo de México