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7 de junio de 2025 a las 03:05
El secreto mejor guardado para la autosuficiencia alimentaria.
La seguridad alimentaria, un tema crucial en el siglo XXI, nos enfrenta a la realidad de un mundo interconectado donde la capacidad de autoabastecimiento se convierte en un activo invaluable. Un reciente estudio, llevado a cabo por las prestigiosas universidades de Göttingen (Alemania) y Edimburgo (Reino Unido), ha arrojado luz sobre esta compleja problemática, analizando la capacidad de 186 países para alimentar a sus poblaciones con su propia producción. Los resultados son, cuanto menos, reveladores.
En un mundo donde la interdependencia alimentaria es la norma, Guyana emerge como un caso excepcional. Este país sudamericano ha demostrado una sorprendente autosuficiencia, logrando producir los siete grupos alimentarios considerados esenciales: frutas, verduras, lácteos, pescado, carne, proteínas vegetales y alimentos básicos ricos en almidón. Este logro no solo garantiza la seguridad alimentaria de su población, sino que también posiciona a Guyana como un modelo a seguir en materia de sostenibilidad alimentaria. ¿Cuáles son las claves de su éxito? Un análisis más profundo revela la importancia de políticas agrícolas inteligentes, la inversión en infraestructuras y el aprovechamiento de la rica biodiversidad del país. Guyana demuestra que la soberanía alimentaria es posible, incluso en un contexto globalizado.
Sin embargo, la realidad de Guyana contrasta con la de muchos otros países. El estudio revela que uno de cada siete países apenas logra autoabastecerse en cinco o más grupos alimentarios esenciales. Si bien la mayoría de estos países se encuentran en Europa y Sudamérica, regiones con una tradición agrícola importante, la situación es preocupante. Factores como el cambio climático, la degradación de los suelos y la creciente demanda de alimentos ponen en riesgo la capacidad de estos países para mantener su nivel de autosuficiencia a largo plazo.
En el otro extremo del espectro, nos encontramos con países como Afganistán, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Macao, Qatar y Yemen, que enfrentan una situación crítica. Estos países no pueden producir lo suficiente de ningún grupo alimentario para satisfacer las necesidades de su población, lo que los hace altamente dependientes de las importaciones. Esta dependencia no solo los vuelve vulnerables a las fluctuaciones de los precios internacionales y a las crisis geopolíticas, sino que también plantea serias interrogantes sobre la sostenibilidad de su modelo alimentario a largo plazo.
La situación actual exige una reflexión profunda sobre nuestros sistemas alimentarios. Si bien la globalización ha permitido el acceso a una mayor variedad de alimentos, también ha generado una interdependencia que puede resultar peligrosa en momentos de crisis. La experiencia de Guyana demuestra que la inversión en la producción local y la diversificación agrícola son esenciales para garantizar la seguridad alimentaria. Es fundamental que los gobiernos implementen políticas que promuevan la agricultura sostenible, fortalezcan las cadenas de suministro locales y reduzcan la dependencia de las importaciones. El futuro de la alimentación depende de nuestra capacidad para construir sistemas alimentarios más resilientes y equitativos. La lección de Guyana es clara: la autosuficiencia alimentaria no es una utopía, sino una meta alcanzable con planificación, inversión y compromiso.
Fuente: El Heraldo de México