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7 de junio de 2025 a las 18:50

Duerme mejor con Feng Shui: fuera celulares

El dormitorio, nuestro santuario de descanso y rejuvenecimiento, a menudo se convierte, sin darnos cuenta, en un depósito de objetos que perturban la armonía y el flujo natural de energía. El Feng Shui, con su sabiduría ancestral, nos ilumina sobre la importancia de crear un espacio propicio para el sueño reparador, un espacio donde la energía fluya suavemente, invitándonos a la relajación y la paz. Mucho más allá de simplemente apagar el celular, esta filosofía milenaria nos guía en la creación de un oasis de tranquilidad.

Imaginemos por un momento nuestro dormitorio: ¿es un remanso de paz o un reflejo del caos diario? La presencia de dispositivos electrónicos, esos compañeros omnipresentes de la era digital, puede ser uno de los principales obstáculos para alcanzar un sueño profundo. Televisores, computadoras, tablets… Emiten no solo luz, sino también ondas que mantienen nuestra mente en un estado de alerta constante, impidiendo la desconexión necesaria para un descanso pleno. Es como si nuestro cerebro, bombardeado por estímulos, se negara a apagarse, prolongando un estado de semi-vigilancia que nos roba la energía vital.

Y qué decir de los espejos, esos portales al reflejo de nuestra propia imagen. Colocados frente a la cama, pueden generar una sensación de inquietud, como si una presencia invisible nos observara mientras dormimos. El Feng Shui nos advierte sobre la capacidad de los espejos para reflejar la energía, creando un flujo constante que interrumpe la quietud necesaria para el descanso. Es como si la energía, en lugar de aquietarse, rebotara constantemente, impidiéndonos sumergirnos en el sueño profundo y reparador.

Nuestro dormitorio no debería ser una extensión de la oficina o del gimnasio. La presencia de objetos relacionados con el trabajo, como escritorios repletos de papeles o computadoras portátiles, nos recuerda constantemente las responsabilidades pendientes, impidiendo que nuestra mente se desconecte del estrés laboral. De igual manera, la presencia de equipos de ejercicio, como pesas o bicicletas estáticas, nos conecta con la actividad física, con el movimiento, cuando lo que necesitamos es precisamente lo contrario: quietud y reposo.

El minimalismo, en este sentido, se convierte en un aliado invaluable. Un dormitorio despejado, libre de objetos innecesarios, facilita la circulación de la energía y crea una atmósfera de serenidad propicia para el descanso. Colores suaves, que invitan a la calma, y una decoración sencilla contribuyen a crear un ambiente relajante y armónico. Imaginemos las paredes de nuestro dormitorio pintadas en tonos pastel, la luz tenue de una lámpara de noche, la suavidad de las sábanas de algodón… Un espacio que nos invita a dejar atrás las preocupaciones del día y a sumergirnos en el abrazo reparador del sueño.

Incluso las plantas, que en otros espacios del hogar aportan vitalidad y frescura, pueden ser contraproducentes en el dormitorio. Su energía yang, vibrante y activa, puede interferir con la tranquilidad que buscamos en este espacio. De igual manera, las fotografías familiares, aunque llenas de amor y recuerdos, pueden perturbar la intimidad y la conexión con nuestra pareja. El dormitorio debe ser un santuario personal, un espacio donde nos desconectamos del mundo exterior y nos conectamos con nosotros mismos.

En definitiva, el Feng Shui nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear un dormitorio que promueva la armonía y el bienestar. Un espacio donde la energía fluya suavemente, invitándonos a la relajación y al descanso profundo. Un espacio donde, libres de distracciones y estímulos, podamos recargar nuestras energías y despertar cada mañana con vitalidad y optimismo, listos para afrontar un nuevo día.

Fuente: El Heraldo de México