
7 de junio de 2025 a las 03:00
Adiós a Camila Gil: El vapeo bajo sospecha
La repentina partida de Camila Gil ha dejado un vacío inmenso en la escena musical colombiana y en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+. A sus escasos 29 años, esta talentosa DJ y activista trans logró trascender las barreras de la música y convertirse en un faro de esperanza para muchas personas, demostrando que la autenticidad y la perseverancia pueden romper cualquier barrera. Su legado, como una artista innovadora y una defensora incansable de la igualdad, resonará por mucho tiempo.
Nacida en Medellín, la ciudad de la eterna primavera, Camila encontró en la música electrónica su vía de expresión, fusionando ritmos como el circuit, el tech house y la vibrante guaracha en un estilo único que la catapultó a escenarios nacionales e internacionales. Desde las vibrantes noches de Bogotá y Cali, hasta las electrizantes pistas de Ciudad de México y Madrid, su música trascendió fronteras, llevando consigo un mensaje de inclusión y libertad. Su talento innato y su pasión por las tornamesas la convirtieron en una figura destacada de la escena electrónica colombiana, inspirando a toda una generación de artistas y amantes de la música.
Sin embargo, la influencia de Camila se extendió mucho más allá de las cabinas de DJ. Como mujer trans, se convirtió en una voz poderosa en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en Colombia. Su activismo la llevó a formar parte de "El Mariposario", un colectivo de mujeres trans en Medellín que trabaja incansablemente por la visibilización, empoderamiento y defensa de los derechos de esta comunidad, a menudo marginada. Con valentía y determinación, Camila alzó la voz contra la discriminación y la injusticia, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y un referente para quienes buscan un mundo más justo e igualitario.
Su compromiso con la causa LGBTIQ+ no se limitó al activismo dentro del colectivo. Camila utilizó su plataforma en redes sociales para educar, concientizar y promover el respeto hacia la diversidad. Sus publicaciones, llenas de autenticidad y fuerza, resonaron en miles de seguidores, quienes encontraron en ella una fuente de inspiración y un modelo a seguir. Compartía abiertamente sus experiencias, sus luchas y sus triunfos, creando un espacio de diálogo y comprensión en un mundo a menudo marcado por la intolerancia.
La noticia de su fallecimiento, tras una breve batalla contra una infección respiratoria, conmocionó a sus seguidores y a la comunidad artística. Si bien las circunstancias exactas que rodean su partida aún se encuentran bajo investigación, la posibilidad de una conexión con el uso de vapeadores, según versiones extraoficiales, ha reabierto el debate sobre los riesgos asociados a estos dispositivos. Independientemente de la causa final, la pérdida de Camila Gil es una tragedia que nos recuerda la importancia de cuidar nuestra salud y la fragilidad de la vida.
El legado de Camila Gil no se desvanecerá. Su música seguirá resonando en las pistas de baile, su voz seguirá inspirando a las nuevas generaciones y su lucha por la igualdad continuará a través de quienes la admiraron y siguieron su ejemplo. Su recuerdo permanecerá vivo como un testimonio de valentía, resiliencia y amor por la música y la justicia social. Su vida, aunque truncada prematuramente, fue una melodía de esperanza y un llamado a la construcción de un mundo más inclusivo y diverso. Una melodía que, sin duda, seguirá sonando en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerla y en la memoria colectiva de una nación que la llora.
Fuente: El Heraldo de México