El panorama político mexicano se encuentra en constante ebullición. Tras las recientes elecciones en Veracruz y Durango, donde el partido Morena no obtuvo los resultados esperados, se abre un nuevo capítulo en la historia política del país: la posibilidad del surgimiento de nuevos partidos. Este fenómeno, previsto en la Constitución, se da cada seis años tras las elecciones presidenciales, abriendo la convocatoria a organizaciones sociales que aspiren a convertirse en partidos políticos.

Recordamos el precedente de hace más de una década, entre 2013 y 2014, cuando el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, logró el registro de su partido, Morena, participando por primera vez en las elecciones de 2015. Hoy, la historia se repite, con la diferencia de que son varias las organizaciones que buscan un lugar en el escenario político nacional.

De las 82 organizaciones que han recibido la autorización para realizar asambleas con miras a obtener su registro, únicamente siete han comenzado el proceso y llevado a cabo al menos una de las 200 asambleas distritales o 20 estatales requeridas para enero de 2026. Un desafío considerable, considerando que el quórum necesario para cada asamblea distrital es de 300 asistentes y para las estatales, de tres mil.

Hasta el momento, tres organizaciones han cumplido con este requisito: Construyendo Sociedades de Paz (Partido Construyendo Solidaridad y Paz), Personas Sumando en 2025 (Somos México) y Frente por la Cuarta República (Partido Frente por la Cuarta República). Analicemos cada una de ellas.

Construyendo Sociedades de Paz, respaldada por miembros de la Iglesia Evangelista, anteriormente el partido Encuentro Social, con Armando González Escoto al frente, ha logrado el quórum en 31 de las 47 asambleas distritales organizadas. Un avance significativo, aunque aún les resta camino por recorrer.

Personas Sumando, heredera de la marea rosa, liderada por figuras como Guadalupe Acosta Naranjo, Edmundo Jacobo, Emilio Álvarez de Icaza y Cecilia Soto, ha intentado 59 asambleas, de las cuales, a principios de mayo, solo 29 fueron acreditadas. Un panorama que plantea la necesidad de redoblar esfuerzos para alcanzar la meta.

Por último, Frente por la Cuarta República, integrada por simpatizantes del morenista Adán Augusto López, presenta un escenario más complejo. De las 12 asambleas realizadas, únicamente una logró el quórum. Un dato que invita a reflexionar sobre las estrategias y el apoyo con el que cuenta esta organización.

Más allá de estas tres, otras organizaciones se suman a la contienda: Que siga la democracia (pro Morena), Muro (de Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo) y Movimiento Ambientalista Social por México; y Ciudadanía Ya, promovida por jueces y magistrados que renunciaron tras la reforma judicial, y que ya tienen programadas sus asambleas en el Estado de México y la CDMX.

El camino para convertirse en partido político nacional no es sencillo. Además de la presencia nacional, una vez obtenido el registro, deberán conseguir un mínimo del 3% de la votación en las elecciones para conservarlo. La competencia es feroz y el futuro político de estas organizaciones dependerá de su capacidad para movilizar a la ciudadanía y consolidar sus propuestas. El tiempo dirá cuáles lograrán superar los obstáculos y convertirse en actores relevantes del panorama político mexicano. Estamos ante un proceso dinámico y crucial para el futuro de la democracia en el país.