
6 de junio de 2025 a las 20:45
Un Nuevo Comienzo: Tras el Trasplante
La esperanza renace en Torreón. En el corazón de la UMAE No. 71 del IMSS, la vida se abre paso a través de la solidaridad y la ciencia. Cada día, médicos, enfermeras, nutriólogos, psicólogos y trabajadores sociales unen sus esfuerzos para que los pacientes trasplantados no solo sobrevivan, sino que vivan plenamente. No se trata simplemente de reemplazar un órgano, sino de acompañar a cada individuo en un proceso complejo, que exige un compromiso vitalicio y una red de apoyo inquebrantable.
Imagine por un momento el impacto de recibir un órgano. Un riñón que filtra la sangre, una córnea que devuelve la luz, una médula que renueva la esperanza. Para quienes han estado al borde del abismo, el trasplante representa el renacer, la posibilidad de retomar los sueños, de abrazar a sus seres queridos, de disfrutar la vida con una intensidad renovada. Pero este milagro no ocurre por arte de magia. Detrás de cada trasplante hay un equipo multidisciplinario que trabaja incansablemente, vigilando cada detalle, previniendo complicaciones, y ofreciendo un soporte integral que va más allá de lo meramente médico.
El primer año después del trasplante es crucial. Los pacientes son monitoreados de cerca, con visitas mensuales que permiten detectar cualquier señal de alerta. El equipo médico se convierte en una guía, un aliado que acompaña a cada paciente en su camino hacia la recuperación. Y este acompañamiento no se limita al primer año, sino que se extiende a lo largo de toda la vida, porque el trasplante es un tratamiento continuo, una nueva forma de vida que exige cuidados permanentes.
Pero el éxito de un trasplante no depende solo del equipo médico. La familia juega un papel fundamental en este proceso. El apoyo emocional, la comprensión, la ayuda con los medicamentos y la alimentación, son pilares esenciales para que el paciente pueda adaptarse a su nueva realidad. Por eso, la UMAE No. 71 no solo atiende al paciente, sino que también involucra a la familia, educándola, orientándola y brindándole las herramientas necesarias para que pueda ser un soporte efectivo.
Y aunque la UMAE No. 71 es un faro de esperanza en la región, la realidad es que la lista de espera para un trasplante sigue siendo larga. Miles de personas aguardan con ansias una segunda oportunidad, mientras la incidencia de enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, principales causas de insuficiencia renal, continúa en aumento.
Frente a esta realidad, la donación de órganos se convierte en un acto de generosidad sin precedentes. Un gesto altruista que puede transformar la vida de quienes se aferran a la esperanza. Hablar con la familia sobre la decisión de donar órganos es crucial, es sembrar la semilla de la solidaridad y abrir la puerta a la posibilidad de salvar vidas. Registrarse como donador es un acto de amor, un legado de vida que trasciende nuestra propia existencia.
La UMAE No. 71 del IMSS en Torreón es un ejemplo de cómo la ciencia y la humanidad pueden ir de la mano. Un lugar donde la esperanza se renueva cada día, donde la vida se celebra con cada trasplante, y donde el compromiso con la salud trasciende los muros del hospital para llegar al corazón de la comunidad. Infórmese, tome conciencia, y únase a esta cadena de vida. Su decisión puede marcar la diferencia.
Fuente: El Heraldo de México