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7 de junio de 2025 a las 01:00
Tragedia aérea en Chiapas: Sheinbaum lamenta pérdida de vidas
La tragedia ha enlutado al sector agropecuario de México y Guatemala. Tres valientes hombres, dedicados a la noble labor de combatir la plaga del gusano barrenador del ganado, perdieron la vida en un accidente aéreo cerca de Tapachula, Chiapas. Carlos Eduardo Monroy y Byron Eduardo Moran, pilotos guatemaltecos, junto con Lucio Alberto Roblero, ingeniero agrónomo mexicano, entregaron su vida en el cumplimiento de su deber. Su sacrificio nos recuerda la importancia de la lucha constante contra esta plaga que afecta gravemente al sector ganadero, no solo de México, sino de toda la región.
El gusano barrenador, una amenaza silenciosa pero devastadora, causa pérdidas millonarias cada año. Estos hombres, desde el aire, libraban una batalla incansable, diseminando moscas estériles, una técnica de control biológico que ha demostrado ser efectiva en la reducción de las poblaciones de este insecto. Su labor, a menudo invisible para la mayoría, era fundamental para proteger el sustento de miles de familias que dependen de la ganadería.
La noticia del accidente ha conmovido profundamente a la comunidad agrícola. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, durante su visita al municipio de Ixtapaluca, expresó su profundo pesar por el trágico suceso y envió sus condolencias a las familias de las víctimas. Sus palabras reflejan el sentimiento de toda una nación que reconoce el valor y la dedicación de estos hombres que trabajaban incansablemente por el bienestar del país.
Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, también lamentó la pérdida de estos héroes anónimos y destacó su compromiso en la lucha contra el gusano barrenador. "Siempre estaremos agradecidos por su entrega y sacrificio en defensa de la ganadería", expresó en un emotivo mensaje. Sus palabras resonaron en el corazón de quienes conocen de cerca la importancia de esta labor y la valentía que requiere.
Este trágico accidente nos invita a reflexionar sobre los riesgos que enfrentan a diario quienes trabajan en el campo, protegiendo nuestros alimentos y nuestra economía. Nos recuerda también la importancia de invertir en la investigación y desarrollo de nuevas técnicas para el control de plagas, que minimicen los riesgos para quienes las combaten. El legado de Carlos, Byron y Lucio debe ser un llamado a la acción para fortalecer las medidas de seguridad en el sector agropecuario y para reconocer el invaluable aporte de quienes, día a día, se esfuerzan por proteger nuestro patrimonio. Su memoria se mantendrá viva en cada mosca estéril liberada, en cada cabeza de ganado protegida y en el corazón de quienes compartieron su pasión por la agricultura y la ganadería. Su sacrificio no será en vano. La lucha contra el gusano barrenador continúa, ahora con más fuerza y determinación, en honor a estos tres héroes caídos en el cumplimiento de su deber.
Fuente: El Heraldo de México