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6 de junio de 2025 a las 09:35

TLC: ¿Oportunidad o amenaza?

La tensión comercial entre México y Estados Unidos se palpa en el aire, con dos temas cruciales que definirán el futuro de la relación agropecuaria entre ambas naciones: el supuesto dumping del tomate mexicano y la persistente plaga del gusano barrenador del ganado. Ambas situaciones, lejos de ser simples disputas comerciales, amenazan con impactar directamente en los bolsillos de productores y consumidores de ambos lados de la frontera si no se prioriza la cooperación y el diálogo.

El nuevo embajador estadounidense, Ronald Johnson, ha hecho un llamado a la colaboración, instando a ambos países a enfrentar juntos las amenazas compartidas en materia de seguridad alimentaria e infraestructura. En un mundo cada vez más complejo, donde la competencia con China se intensifica y los desafíos globales se multiplican, la consolidación de Norteamérica como un bloque agroalimentario sólido se vuelve imperativa. Sin embargo, para alcanzar esta meta, es necesario superar los obstáculos que se presentan en el camino.

El fantasma del dumping del tomate mexicano, que ha llevado a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, planea una sombra sobre los productores mexicanos. La magnitud de las exportaciones de tomate mexicano a Estados Unidos es innegable: casi nueve de cada diez tomates que cruzaron la frontera norte el año pasado provenían de México, lo que demuestra la interdependencia de ambos mercados. La incertidumbre se cierne sobre el sector agrícola mexicano, especialmente en Sinaloa, donde la producción de tomate es un pilar fundamental de la economía local. Las reuniones entre funcionarios de ambos países se presentan como la última esperanza para alcanzar un acuerdo que evite un impacto devastador en la industria.

Por otro lado, la plaga del gusano barrenador del ganado se convierte en un nuevo frente de batalla. La frontera, cerrada al ganado mexicano a pie desde mayo, permanece como un símbolo de la amenaza que representa esta plaga para la ganadería de ambos países. Las reuniones de verificación entre técnicos mexicanos y estadounidenses son un paso crucial para evaluar los avances en la lucha contra el gusano y, eventualmente, reabrir la frontera. La erradicación de esta plaga no solo es vital para la salud del ganado, sino también para la economía de las regiones ganaderas de México, que dependen en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos.

Estos dos temas, aparentemente aislados, se entrelazan en un contexto más amplio de cooperación y competencia entre México y Estados Unidos. El futuro del comercio agroalimentario binacional, y en consecuencia, el bienestar de productores y consumidores, dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para encontrar soluciones conjuntas y superar las diferencias. La cooperación, como ha señalado el embajador Johnson, es la clave para enfrentar los desafíos compartidos y construir un futuro próspero para la región. Los próximos días serán decisivos para el campo mexicano y para la relación bilateral en materia agropecuaria. El mundo observa con atención el desenlace de estas negociaciones, esperando que la razón y el interés común prevalezcan sobre las presiones políticas y los intereses particulares. La posibilidad de una Norteamérica unida y fortalecida en el ámbito agroalimentario está en juego.

Fuente: El Heraldo de México