La reciente decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos de bloquear la demanda de México contra fabricantes de armas ha generado una ola de reacciones, especialmente desde el gobierno mexicano. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, no ha tardado en expresar su profundo desacuerdo con el fallo, calificándolo de desconcertante y alejado de la realidad que se vive a diario en México.

Sheinbaum, enérgica en su postura, ha recalcado la evidente contradicción entre la decisión de la Corte y la información proporcionada por el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos. Este último, en un documento oficial, ha reconocido que un alarmante 75% de las armas incautadas en México provienen ilegalmente de Estados Unidos. Ante esta contundente evidencia, el argumento de la Suprema Corte, que afirma no encontrar una relación directa entre la fabricación de armas y su tráfico ilícito hacia México, resulta, en palabras de la Jefa de Gobierno, "difícil de comprender".

La mandataria ha hecho hincapié en la importancia de entender que la lucha contra el tráfico de armas es una responsabilidad compartida. No se trata solo de señalar culpables, sino de colaborar de manera efectiva para frenar el flujo de armamento que alimenta la violencia en México. La negación de la conexión entre la fabricación y el tráfico, según Sheinbaum, obstaculiza los esfuerzos conjuntos y dificulta la implementación de estrategias binacionales que realmente impacten en el problema.

Si bien la demanda contra los fabricantes ha sido bloqueada, la Jefa de Gobierno ha confirmado que aún queda una demanda pendiente. Esta segunda demanda está dirigida contra las distribuidoras y vendedoras de armas, un enfoque que busca atacar otro eslabón de la cadena de suministro y responsabilizar a quienes, según el gobierno mexicano, facilitan la llegada de armas a manos del crimen organizado.

Más allá de las acciones legales, Sheinbaum ha reiterado su compromiso de continuar trabajando en conjunto con el gobierno de Estados Unidos. La colaboración binacional, ha insistido, es fundamental para abordar el problema de raíz. Se requiere, según la mandataria, un diálogo franco y abierto que permita establecer estrategias conjuntas para el control de armas, fortalecer la seguridad fronteriza y combatir el crimen organizado en ambos lados de la frontera.

Este fallo de la Suprema Corte, lejos de desanimar al gobierno mexicano, ha reforzado su convicción de seguir insistiendo en la búsqueda de justicia y en la implementación de medidas que protejan a la población de la violencia generada por el tráfico de armas. La lucha, según Sheinbaum, continúa, y se explorarán todas las vías legales y diplomáticas disponibles para lograr un cambio real y significativo. El objetivo final, ha concluido, es claro: construir un futuro más seguro para México y frenar la ola de violencia que azota al país. La esperanza, a pesar de los obstáculos, se mantiene viva.