La resistencia magisterial continúa latiendo con fuerza en el corazón del Zócalo capitalino. A pesar de la retirada estratégica de los compañeros de la Sección 22 de Oaxaca, el pulso de la protesta se mantiene firme, nutriéndose de la inminente llegada de refuerzos provenientes de distintos rincones del país. Verúlo Solano, un experimentado maestro de historia guerrerense con más de cuatro décadas dedicadas a la enseñanza, nos explica la dinámica de este movimiento que se niega a claudicar. "La unidad es nuestra fuerza", afirma con convicción, detallando la táctica acordada en la Asamblea Nacional: un levantamiento conjunto y coordinado. Sin embargo, la sabiduría de la lucha se adapta a las realidades de cada región. Oaxaca, con su vasta experiencia en la resistencia, ha optado por una estrategia de relevos, permitiendo a sus brigadas recuperar fuerzas mientras otras toman el relevo en la plaza. Una muestra de la inteligencia colectiva que caracteriza a este movimiento.

Esta rotación estratégica no implica, de ninguna manera, una disminución en la intensidad de la lucha. Al contrario, permite optimizar los recursos y mantener la llama de la protesta viva, garantizando una presencia constante y combativa en el Zócalo. El maestro Solano, con la autoridad que le otorgan sus años de experiencia, advierte a las autoridades: el magisterio no es un grupo que se doblegue fácilmente. Su capacidad de convocatoria es inmensa, una fuerza social que puede inclinar la balanza en los próximos comicios. Un mensaje claro y directo que resuena en los pasillos del poder.

Mientras tanto, desde las filas de la Sección 22, un docente oaxaqueño, cuya identidad protegemos por razones de seguridad, confirma la retirada temporal de sus compañeros. A partir del lunes, regresarán a las aulas en Oaxaca, no por conformidad con la situación actual, sino por respeto a la decisión tomada en asamblea. Un acto de disciplina y unidad que fortalece aún más la cohesión del movimiento.

La lucha por una jubilación digna es el motor que impulsa a estos docentes a permanecer en la plaza. Carlos Olayo, otro valiente maestro guerrerense, hace un llamado a la empatía de la ciudadanía. Pide comprensión ante las molestias que la protesta pueda ocasionar, recordando que luchan por un derecho fundamental: una vejez digna y segura después de años de servicio dedicados a la educación de las futuras generaciones.

En el Zócalo, la historia se escribe día a día. La lucha magisterial, con su combinación de resistencia firme y estrategias inteligentes, se convierte en un ejemplo de organización y perseverancia. Un recordatorio de que la unidad y la convicción son las armas más poderosas para alcanzar la justicia social. El magisterio, con su voz potente y su presencia inquebrantable, nos recuerda que la lucha por un futuro mejor es una tarea colectiva y continua.