La indignación recorre las venas de Santiago. Un acto de imprudencia, cobardía y posterior cinismo ha quedado al descubierto gracias a la valentía de un motociclista anónimo, convertido ahora en un héroe ciudadano. Las imágenes, captadas por la cámara 360° del casco del motociclista, muestran la cruda realidad de un adulto mayor atropellado mientras cruzaba la calle, un acto seguido de una fuga desesperada por parte de la conductora responsable. El video, que se ha viralizado en redes sociales, exhibe la frialdad con la que la conductora del vehículo gris ignora al hombre tendido en el asfalto, prefiriendo la huida a la responsabilidad.

La persecución que siguió es digna de una película de acción, pero con la pesada carga de la realidad. El motociclista, impulsado por la justicia y la indignación, persigue a la conductora a través del tráfico santiaguino. La adrenalina se palpa en cada maniobra, en cada metro recorrido en la incansable búsqueda de justicia para el adulto mayor. En un primer intento, el motociclista se interpone al vehículo, pero la conductora, demostrando una vez más su desprecio por la situación, lo esquiva y continúa su huida.

Finalmente, el tráfico se convierte en un aliado inesperado. La congestión vehicular detiene a la conductora, permitiendo al motociclista alcanzarla y confrontarla. La exigencia es clara: “Bájate, bájate”. La tensión se corta con un cuchillo. El motociclista, con la puerta del vehículo abierta, le quita las llaves a la conductora, impidiendo una nueva fuga. La mujer, ahora acorralada, alega haber sido golpeada, una acusación que el motociclista niega categóricamente: “No, yo no te pegué, sólo te quité tus llaves”.

La justificación de la conductora, Etelvina Salazar Cereceda, roza lo absurdo: “Él se atravesó”. Una frase que enciende aún más la indignación colectiva. Mientras el adulto mayor yacía en el asfalto, la preocupación de la conductora no era su estado de salud, sino evadir las consecuencias de sus actos. El cinismo de sus palabras contrasta con la valentía del motociclista, quien sin dudarlo, priorizó el bienestar del adulto mayor y la justicia por sobre todo.

El motociclista, un héroe anónimo sin capa, finalmente llama a Carabineros. Su acción no sólo garantizó que la conductora enfrentara las consecuencias de sus actos, sino que también envió un poderoso mensaje a la sociedad: la indiferencia no es una opción. La solidaridad y la justicia deben prevalecer ante la irresponsabilidad y la cobardía. Este acto de valentía ciudadana nos recuerda que todos tenemos la responsabilidad de actuar ante la injusticia, y que a veces, los héroes se encuentran en los lugares más inesperados, sobre dos ruedas, con una cámara en el casco y un inquebrantable sentido de la justicia. El video es un testimonio de ello, un recordatorio de que la unión y la valentía ciudadana pueden marcar la diferencia.