La inseguridad sigue azotando al Estado de México, dejando una estela de dolor y consternación. Un joven de tan solo 20 años, lleno de vida y proyectos, vio truncado su futuro en un cruel acto de violencia ocurrido la tarde del jueves 5 de junio en la colonia Arenal, municipio de Los Reyes La Paz. La tranquilidad de la Avenida Arenal, esquina con 18 de marzo, se vio interrumpida por la detonación de un arma de fuego, un sonido que resonará en la memoria de los vecinos que presenciaron la tragedia.

Según los primeros reportes, el joven se resistió a un asalto perpetrado presuntamente por dos sujetos que intentaron despojarlo de su motocicleta. En un intento desesperado por salvaguardar su pertenencia y quizá su propia vida, intentó huir a bordo de su vehículo. Sin embargo, la cobardía de los agresores no conoció límites. Ante la resistencia de la víctima, uno de los asaltantes disparó a sangre fría, impactando al joven en la espalda. Un disparo certero, directo al corazón, que acabó con su vida instantáneamente, dejándolo tendido sobre el asfalto.

La escena del crimen se convirtió en un testimonio mudo de la violencia que permea nuestra sociedad. Vecinos consternados, familiares desconsolados e impotentes ante la brutalidad del acto. Pasadas las 5 de la tarde, peritos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) llegaron al lugar para realizar el levantamiento del cuerpo. El joven, cuya identidad aún no ha sido revelada oficialmente, fue trasladado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) donde se le practicará la necropsia de ley, se procederá a su identificación oficial y posterior entrega a sus familiares.

Este trágico suceso nos obliga a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la urgente necesidad de reforzar las estrategias de seguridad en nuestro estado. La impunidad no puede ser una opción. Las autoridades mexiquenses tienen la responsabilidad de llevar a cabo una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos, identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia. No podemos permitir que la violencia se normalice y que sigamos lamentando la pérdida de jóvenes vidas.

Mientras tanto, en redes sociales, circulan diferentes versiones sobre lo sucedido. Algunos usuarios apuntan a un posible ajuste de cuentas, sembrando aún más dudas e incertidumbre sobre el móvil del crimen. Sin embargo, es crucial esperar los resultados de la investigación oficial para no caer en especulaciones y desinformación. La verdad y la justicia son las únicas respuestas que pueden brindar un mínimo de consuelo a la familia de la víctima en estos momentos de profundo dolor.

¿Qué medidas se están implementando para garantizar la seguridad de los ciudadanos en Los Reyes La Paz? ¿Cómo podemos, como sociedad, contribuir a la construcción de un entorno más seguro para nuestros jóvenes? Estas son las preguntas que debemos plantearnos y buscar respuestas conjuntamente. La vida de este joven de 20 años no puede ser una estadística más en la creciente ola de violencia. Su memoria debe ser un llamado a la acción, un impulso para exigir justicia y un compromiso para construir un futuro donde la paz y la seguridad sean una realidad para todos.