La devastación causada por las intensas lluvias del lunes pasado en la Ciudad de México, particularmente en Iztapalapa, ha dejado una profunda huella en la vida de cientos de familias. El censo casa por casa, llevado a cabo por la Secretaría de Atención y Participación Ciudadana, revela una cifra alarmante: 405 inmuebles con daños que van desde leves inconvenientes hasta pérdidas significativas. Imaginen el impacto en la vida cotidiana de estas personas, la incertidumbre que enfrentan al ver sus hogares, su refugio, afectados por la fuerza de la naturaleza.

Ante esta situación, el gobierno capitalino ha desplegado una respuesta inmediata y contundente, un operativo integral que busca mitigar el sufrimiento y brindar apoyo a los damnificados. En las colonias más afectadas, como Ejército de Oriente II, La Colmena, Vicente Guerrero Super Manzana 5, San Lorenzo Xicoténcatl y Juan Escutia, se concentra la ayuda. No se trata solo de una respuesta numérica, sino de una presencia humana, de servidores públicos trabajando codo a codo con la comunidad, escuchando sus necesidades y ofreciendo soluciones. El Plan Tlaloque, con la participación de 700 servidores públicos de diversas dependencias, se convierte en un símbolo de solidaridad y eficiencia en momentos de crisis.

La atención a las necesidades básicas es primordial. La Secretaría de Bienestar e Igualdad Social ha distribuido 3,000 porciones de alimentos calientes, un gesto que va más allá de la simple alimentación, ofreciendo un poco de calor humano en medio de la adversidad. El acceso al agua potable, un recurso vital, está garantizado gracias a la distribución gratuita de cerca de 900 garrafones de 20 litros del programa Agua Bienestar, por parte de la Secretaría de Gestión Integral del Agua. Además, se entregan kits de limpieza, una herramienta fundamental para recuperar la higiene y la salubridad en los hogares afectados. La promesa de continuar con la jornada de apoyo, incluyendo servicios de sanitización este viernes, refuerza el compromiso del gobierno con la recuperación total de la zona.

La salud de los afectados es una prioridad ineludible. Personal médico y de enfermería de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, en colaboración con el IMSS Bienestar, se encuentra en el terreno brindando consultas médicas, orientación, mediciones de glucosa y vacunación. Más allá de la atención inmediata, se promueven acciones para el cuidado de la salud a largo plazo, empoderando a la comunidad con información y herramientas para prevenir futuras complicaciones. La Agencia de Protección Sanitaria también juega un papel crucial, realizando labores de cloración de tinacos y cisternas, entregando plata coloidal y orientando sobre el manejo higiénico de alimentos, medidas esenciales para prevenir enfermedades en situaciones de emergencia.

Mientras tanto, la Secretaría de Obras y Servicios trabaja incansablemente en el desazolve y limpieza de las calles en las zonas más afectadas. La remoción de escombros y la recuperación de la infraestructura vial son pasos fundamentales para el retorno a la normalidad. Esta labor, a menudo invisible, es esencial para restablecer la conectividad y facilitar el acceso a los servicios de emergencia y ayuda humanitaria. En resumen, se trata de un esfuerzo conjunto, una respuesta integral que abarca desde la atención inmediata a las necesidades básicas hasta la reconstrucción de la infraestructura, demostrando el compromiso del gobierno con el bienestar de la ciudadanía en momentos de dificultad. La pregunta que queda en el aire es, ¿cómo podemos, como sociedad, fortalecer nuestra resiliencia ante estos eventos climáticos cada vez más frecuentes?