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6 de junio de 2025 a las 18:25

Huracanes Bárbara y Cosme: ¿un baile mortal?

La tensión se palpa en el aire. El Océano Pacífico, vasto e impredecible, se convierte en el escenario de un fenómeno meteorológico poco común pero fascinante: el Efecto Fujiwhara. Dos zonas de baja presión, con la amenaza latente de transformarse en los huracanes Bárbara y Cosme, danzan peligrosamente cerca, atrayendo la mirada vigilante del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y encendiendo las alertas de Protección Civil a lo largo de la costa. No se trata de un simple capricho de la naturaleza, sino de un evento que exige la máxima precaución, un ballet atmosférico donde la fuerza de dos ciclones en un mismo océano puede desencadenar consecuencias imprevisibles.

El SMN no escatima en detalles: Bárbara, con un 80% de probabilidad de formación ciclónica en las próximas 48 horas, se gesta a 545 kilómetros al sur-sureste de las hermosas Bahías de Huatulco, en Oaxaca. Mientras tanto, su potencial compañero de baile, aún sin nombre, acecha a 800 kilómetros al sur de Punta San Telmo, Michoacán, con un 60% de probabilidad de convertirse en ciclón en los próximos 7 días. Este último, aunque más distante, ha incrementado su potencial significativamente en las últimas horas, añadiendo un elemento de incertidumbre a la ecuación.

Imaginen la escena: dos gigantes girando uno alrededor del otro, atrapados en una danza cósmica. El Efecto Fujiwhara, llamado así en honor al meteorólogo japonés Sakuhei Fujiwhara, describe este peculiar fenómeno donde dos ciclones tropicales se acercan lo suficiente como para interactuar y modificar sus trayectorias. En algunos casos, el más fuerte puede incluso absorber al más débil, como un titán devorando a su rival.

Pero que no cunda el pánico. A pesar de la rareza y la espectacularidad del fenómeno, expertos como el meteorólogo José Martín Cortés aclaran que no está directamente relacionado con el cambio climático. Se trata de un evento que, aunque infrecuente, ha sido registrado en el pasado. Recordemos el 2024, cuando dos parejas de ciclones protagonizaron un "baile" similar en el Pacífico, afortunadamente manteniéndose a una distancia prudente de las costas mexicanas, sin causar daños ni heridos. Y retrocediendo un poco más en el tiempo, en 2017, Irwin y Hilary también experimentaron este fenómeno, grabando sus nombres en la historia meteorológica del país.

La pregunta que todos nos hacemos es: ¿qué podemos esperar? Aún es temprano para predecir con exactitud la evolución de estos sistemas. El SMN mantiene una vigilancia constante, monitoreando cada cambio en la presión atmosférica, la velocidad del viento y la dirección de las corrientes. Las próximas horas serán cruciales para determinar si Bárbara y Cosme se convertirán en una amenaza real para las costas mexicanas o si, por el contrario, se desvanecerán en la inmensidad del océano.

Manténganse informados a través de los canales oficiales del Servicio Meteorológico Nacional y sigan las recomendaciones de Protección Civil. La prevención es nuestra mejor aliada ante la fuerza impredecible de la naturaleza. En las próximas actualizaciones, les ofreceremos un análisis más detallado de la situación, incluyendo mapas de trayectoria y posibles zonas de impacto. La seguridad de todos es nuestra prioridad.

Fuente: El Heraldo de México