Un trágico accidente aéreo ha enlutado al sector agrícola mexicano. La pérdida de tres valientes profesionales dedicados a la lucha contra el gusano barrenador del ganado nos recuerda los riesgos que muchos enfrentan a diario en la protección de nuestra seguridad alimentaria. Estos héroes anónimos, a bordo de una avioneta de la compañía guatemalteca Inversiones 777 S.A., se encontraban realizando una importante labor de dispersión de moscas estériles, una técnica fundamental para el control de esta plaga que afecta gravemente a la ganadería nacional. Su misión, que comenzó a las 8:15 am en el aeropuerto de Tapachula, Chiapas, se vio truncada apenas una hora después en la frontera entre México y Guatemala.

La noticia, confirmada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), ha generado una profunda conmoción. Tanto el Secretario de Agricultura, Julio Berdegué, como la presidenta Claudia Sheinbaum, han expresado públicamente sus condolencias y su reconocimiento a la labor de estos profesionales. Sus palabras, cargadas de pesar, reflejan el sentimiento de una nación que agradece el sacrificio y la dedicación de quienes trabajan incansablemente por el bienestar común. "Siempre estaremos agradecidos por su entrega y sacrificio en defensa de la ganadería nacional", fueron las palabras de la presidenta, un testimonio del valor que se le otorga a esta lucha constante contra las plagas que amenazan la producción agropecuaria del país.

Las autoridades mexicanas, en colaboración con la Dirección General de Aeronáutica Civil de Guatemala, han iniciado las investigaciones pertinentes para determinar las causas de este lamentable accidente. La aeronave, una L-410 UVP-E, matrícula TG-TJG, se precipitó a tierra en una zona de difícil acceso, lo que dificulta las labores de rescate y peritaje. Mientras tanto, la Agencia Federal de Aviación Civil de México se encuentra recabando información y analizando los datos del vuelo para esclarecer los hechos. Se espera que en los próximos días se tenga un informe preliminar que arroje luz sobre las circunstancias que rodearon este trágico suceso.

La lucha contra el gusano barrenador del ganado es una batalla constante que exige la colaboración de diversos actores, desde los científicos que desarrollan las técnicas de control hasta los pilotos que las implementan en el campo. Este accidente nos recuerda la importancia de invertir en la seguridad y capacitación del personal involucrado en estas tareas, así como la necesidad de fortalecer la cooperación internacional para enfrentar los desafíos sanitarios que afectan a la región. La Sader, a través de sus redes sociales, ha expresado su solidaridad con las familias de las víctimas, recordándonos que detrás de cada cifra, de cada estadística, hay personas que dedican su vida a proteger nuestro patrimonio agropecuario. Es un momento de reflexión y de reconocimiento a la labor silenciosa pero fundamental de quienes trabajan en la primera línea de defensa contra las plagas y enfermedades que amenazan nuestra seguridad alimentaria. La información sobre la identidad de los fallecidos se ha manejado con respeto y cautela, priorizando el acompañamiento a las familias en este difícil momento. El pésame se extiende a sus amigos, compañeros y a toda la comunidad agrícola que hoy lamenta esta irreparable pérdida.