Un debate candente ha sacudido los cimientos del Congreso de Guanajuato. La despenalización del aborto hasta las doce semanas de gestación, un tema que ha polarizado a la sociedad mexicana, fue el protagonista de una sesión histórica. La tensión se palpaba en el aire, mientras los argumentos a favor y en contra se entrelazaban en una batalla dialéctica que culminó con un rechazo al dictamen por 19 votos contra 17. La llamada "marea verde", abanderada de la despenalización, sufrió un revés significativo en sus aspiraciones.

El cambio de postura de la diputada Luz Itzel Mendo González, del Partido Verde Ecologista de México, marcó un punto de inflexión en el proceso. En un giro inesperado, Mendo González, quien previamente había votado a favor de la despenalización, reconsideró su posición, argumentando una profunda convicción personal y una consulta realizada a las mujeres guanajuatenses. Su discurso resonó con fuerza en el hemiciclo: "No estoy de acuerdo con que el aborto sea tratado como un servicio más". Sus palabras, cargadas de emotividad, pusieron el foco en la necesidad de brindar a las mujeres atención integral en salud y recursos para superar la marginación, en lugar de presentar el aborto como una solución.

La diputada defendió con vehemencia su postura, desmintiendo la idea de que en Guanajuato existan mujeres encarceladas por aborto. "No es necesario quitarlo como delito para proteger a la mujer", afirmó con convicción, remarcando que su decisión trascendía los colores partidistas y se enmarcaba en la libertad de conciencia. "Hay decisiones que nos definen, y hoy me defino por Guanajuato, por las mujeres, pero sobre todo me defino por la vida", concluyó Mendo González, en un discurso que sin duda quedará grabado en la memoria del Congreso.

La organización Dales Voz, firme defensora del derecho a la vida, celebró la decisión del Congreso. Según sus informes, la diputada Mendo González reveló datos contundentes: en Guanajuato, la mayoría de los sentenciados por el crimen de aborto son hombres, quienes coaccionan a las mujeres embarazadas mediante violencia física y psicológica. Esta afirmación refuerza la idea de que la despenalización no necesariamente protege a las mujeres, sino que puede incluso exponerlas a mayores peligros.

El debate se extendió más allá de las fronteras estatales, alcanzando incluso a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La diputada panista Susana Bermúdez Cano criticó abiertamente la injerencia de la ONU en la legislación estatal sobre el aborto, rechazando el posicionamiento de la organización internacional en contra del derecho a la vida.

La votación final, con 19 votos a favor del rechazo y 17 en contra, envió el dictamen al archivo, confirmando la vigencia del derecho a la vida en Guanajuato. La derrota de la "marea verde" dejó un sabor amargo en sus filas, mientras los legisladores que votaron a favor del derecho a la vida celebraron la decisión. El debate, sin embargo, está lejos de terminar. La polarización en torno al aborto continúa, y seguramente se manifestará en futuros debates en la sociedad mexicana. La tensión entre la defensa del derecho a la vida y la autonomía de la mujer sigue siendo un tema complejo y delicado que requiere un diálogo profundo y respetuoso.