Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Crimen

6 de junio de 2025 a las 14:45

Familia masacrada: La verdad tras la tragedia

La tragedia que enlutó a la ciudad de Tres Arroyos, Argentina, continúa revelando detalles escalofriantes sobre la personalidad de Fernando Dellarciprete y la tormentosa relación que mantenía con su exesposa, Rocío Villarreal. Más allá de la fría descripción de los hechos, se dibuja un panorama de control, acoso y una desesperación que culminó en un acto de violencia extrema. El silencio que rodeaba a la pareja se rompe con los testimonios de vecinos y amigos, quienes ahora, con el dolor de la pérdida, se animan a compartir las piezas que faltaban en este rompecabezas de horror.

La imagen del camionero de 40 años, empleado de una reconocida cervecería, se desdibuja para dar paso a la figura de un hombre obsesivo, incapaz de aceptar el fin de la relación. Si bien no existen denuncias formales previas, el relato de una vecina, que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias, describe un escenario de constante presión y acecho. "Ella quería rehacer su vida, pero él no se lo permitía", confiesa con pesar, recordando las apariciones repentinas de Dellarciprete, la sombra constante que se cernía sobre Rocío. "La acosaba, la presionaba, se aparecía de la nada. Siempre estaba cerca, como si no aceptara que se había terminado". Estas palabras, cargadas de impotencia, resuenan con la fuerza de una verdad silenciada, una verdad que ahora, trágicamente, sale a la luz.

La reconstrucción de los hechos, a partir de las investigaciones policiales, revela una secuencia de actos premeditados y una crueldad inimaginable. En la madrugada del lunes 2 de junio, Dellarciprete irrumpió en la casa de Rocío y la asesinó a puñaladas. Posteriormente, secuestró a sus dos hijos, Tiziano de 10 años y Francesco de tan solo 3. Su plan inicial, estrellar el auto con los niños dentro, fracasó. Heridos, pero aún con vida, los pequeños fueron asesinados por su propio padre dentro del vehículo. La escena posterior al accidente es dantesca: Dellarciprete, fuera de sí, pide un arma a los testigos. Al no conseguirla, decide terminar con su vida arrojándose bajo las ruedas de un tráiler en marcha.

El impacto de esta tragedia se extiende más allá del círculo familiar. Amigos y conocidos de Rocío expresan su consternación en redes sociales. “No puedo creerlo, era una chica llena de vida, siempre sonriendo y luchando por sus hijos”, escribe una amiga, desgarrada por el dolor. Estas palabras, cargadas de tristeza e incredulidad, reflejan el sentimiento de una comunidad entera que busca respuestas ante un acto de violencia tan incomprensible.

La historia de Rocío, Tiziano y Francesco es un llamado de atención sobre la importancia de visibilizar la violencia de género y la necesidad de brindar apoyo a las víctimas. El silencio, la falta de denuncia y el miedo a las represalias pueden tener consecuencias devastadoras. Es crucial crear redes de contención y promover una cultura de respeto y igualdad para prevenir futuras tragedias como esta. El recuerdo de Rocío y sus hijos debe servir para construir un futuro donde ninguna mujer ni ningún niño tengan que vivir con miedo.

Fuente: El Heraldo de México