Circular por las calles de Monterrey implica una responsabilidad que va más allá de simplemente conducir. El desconocimiento del Reglamento de Tránsito y Vialidad, específicamente en situaciones de emergencia, puede resultar en sanciones económicas significativas, que van desde unos cuantos miles de pesos hasta superar los veinte mil. Imaginemos un escenario común: un choque leve en hora pico. El instinto de muchos podría ser mover el vehículo rápidamente para evitar congestionar el tráfico. Sin embargo, este acto, aparentemente inofensivo, puede acarrear una multa considerable si existen lesionados, por mínimos que sean. La ley prioriza la atención médica y la correcta investigación del incidente por encima de la fluidez del tráfico. Es crucial recordar que, aunque el otro conductor parezca tener la culpa, abandonar la escena sin seguir el protocolo establecido se considera una falta grave.

La premura, el nerviosismo, e incluso la creencia de que la situación “no es para tanto” son factores que pueden llevarnos a tomar decisiones precipitadas. Pero, ¿vale la pena arriesgarse a una multa que podría afectar significativamente nuestro bolsillo? El Artículo 140 BIS del Reglamento de Tránsito y Vialidad del Municipio de Monterrey establece claramente las condiciones bajo las cuales se pueden mover los vehículos involucrados en un accidente en vías principales. No basta con que los autos puedan circular, es imperativo que no haya lesionados, y que ninguno de los conductores esté bajo la influencia del alcohol o drogas. De no cumplirse estas condiciones, mover el vehículo se considera una infracción.

Además del costo económico, incumplir con el protocolo puede tener consecuencias legales más serias. En casos de lesiones graves o incluso fatales, la omisión de auxilio o el abandono del lugar del accidente pueden agravar la situación legal del conductor involucrado. Pensemos en las implicaciones: además de la multa, podrían enfrentarse a procesos judiciales y responsabilidades civiles.

La información es poder, y en este caso, conocer el Reglamento de Tránsito puede ahorrarnos molestias, dinero y problemas legales. No se trata solo de evitar una multa, se trata de actuar con responsabilidad y contribuir a la seguridad vial en nuestra ciudad. Familiarízate con el Artículo 140 y el 140 BIS, comparte esta información con tus familiares y amigos, y recuerda que la prevención es siempre la mejor opción. Unos minutos dedicados a comprender la normativa pueden marcar la diferencia entre una simple multa y un problema mucho mayor. La seguridad vial es responsabilidad de todos.