Un soplo de optimismo recorre la economía mexicana. Tras seis meses de incertidumbre, el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) finalmente ha despertado, registrando un notable aumento de 1.2 puntos en mayo de 2025. Alcanzando las 46.7 unidades, este valor no solo representa el primer avance en medio año, sino que también se posiciona como el nivel más alto en lo que va del año, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Este incremento, que inyecta una dosis de esperanza en el panorama económico, se refleja en todos los componentes del indicador. La encuesta realizada conjuntamente por el Inegi y el Banco de México revela un particular entusiasmo en la intención de compra de bienes duraderos, como muebles y electrodomésticos, con un aumento de 2.2 puntos respecto a abril. Imaginen los hogares mexicanos, renovando sus espacios, invirtiendo en comodidad y modernidad. Esta tendencia no solo refleja una mayor confianza en la economía, sino que también impulsa la actividad comercial y la generación de empleos.

El optimismo también se extiende a las perspectivas futuras. La percepción sobre la situación económica familiar en comparación con el año pasado ha mejorado, con un crecimiento de 0.8 puntos. Las familias mexicanas ven con mayor confianza su situación actual y las proyecciones a futuro, un factor clave para el dinamismo del consumo interno. Además, la expectativa sobre el rumbo de la economía para el próximo año también muestra una mejora de 1.3 puntos, lo que sugiere una mayor confianza en la estabilidad y el crecimiento económico del país.

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, atribuye esta mejora en la confianza del consumidor a la moderación en el discurso político y a un énfasis en la cooperación bilateral en temas cruciales como seguridad y migración. Este clima de mayor estabilidad política y colaboración internacional sin duda contribuye a generar un ambiente propicio para la inversión y el crecimiento económico.

La situación económica del país en comparación con 2024 también ha experimentado una mejora de 0.7 puntos, consolidando la tendencia positiva. Asimismo, las expectativas para el 2026 en el ámbito familiar se incrementaron en 0.5 puntos respecto al mes anterior, reforzando la visión optimista del futuro.

A pesar de este alentador repunte, el ICC aún se encuentra 0.2 puntos por debajo del nivel registrado en mayo del año pasado y lejos del máximo histórico de 49.2 puntos alcanzado en octubre. Sin embargo, la tendencia alcista y la mejora en todos los componentes del indicador sugieren que la economía mexicana está en camino a la recuperación.

El repunte del índice de confianza empresarial, que alcanzó los 49.5 puntos en mayo, y la recuperación de la inversión fija también han contribuido a fortalecer la confianza del consumidor y a impulsar el ánimo del sector privado. Estos factores, sumados a la noticia de que el PIB no se contrajo en el primer trimestre del año, han disipado en parte los temores de una posible recesión, según Siller.

Si bien el panorama general es positivo, existen algunos aspectos que requieren atención. La intención de tomar vacaciones en los próximos 12 meses ha disminuido ligeramente, con una contracción de 0.1 puntos respecto a abril. Asimismo, la oportunidad para construir o remodelar una casa en los próximos dos años también ha experimentado una baja de 1.2 puntos. Estos datos, aunque no empañan el optimismo general, invitan a un análisis más profundo para comprender las razones detrás de estas ligeras contracciones y a buscar estrategias para impulsar estos sectores.