La tensión se palpa en el aire de Esmeraldas. Un video, crudo y real, ha recorrido el mundo como la pólvora, mostrando la desesperada reacción de un comerciante ante un intento de secuestro. Las imágenes, captadas por una cámara de seguridad en el barrio 5 de Agosto de la parroquia La Unión, en Quinindé, muestran la escena con una claridad escalofriante: una camioneta blanca, estacionada en aparente calma, se convierte en el escenario de una lucha por la supervivencia.

Tres figuras emergen de las sombras a bordo de una motocicleta. Dos de ellas, armadas, se abalanzan sobre el vehículo con la intención de someter al conductor, un reconocido comerciante de la región cuya identidad se mantiene en reserva por razones de seguridad. En una fracción de segundo, la situación da un giro dramático. El comerciante, presa del pánico y ante la inminencia del peligro, pisa el acelerador, convirtiendo su vehículo en un escudo protector. El impacto es inevitable. Uno de los asaltantes es arrollado, su cuerpo golpea contra el asfalto. La violencia del choque queda grabada en cada fotograma.

Pero la historia no termina ahí. A pesar del golpe, el delincuente se levanta con una rapidez sorprendente. Sus cómplices regresan en la motocicleta y, en un acto de desesperación, intentan perseguir al comerciante que huye a toda velocidad. La persecución, aunque breve, deja una estela de tensión e incertidumbre. El comerciante, tras lograr escapar de las garras de sus captores, dio aviso inmediato a las autoridades.

Este incidente, lamentablemente, no es un hecho aislado. Forma parte de una preocupante estadística que refleja la creciente ola de inseguridad que azota a la provincia de Esmeraldas. Su ubicación geográfica estratégica la convierte en un punto clave para las operaciones de diversos grupos criminales, quienes se disputan el control del territorio, sembrando el terror entre sus habitantes.

Las autoridades locales, conscientes de la gravedad de la situación, han iniciado una exhaustiva investigación para identificar y capturar a los responsables de este intento de secuestro. Además, se han implementado medidas de protección para el comerciante, con el fin de garantizar su seguridad y prevenir futuros ataques. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto tiempo podrá mantenerse esta calma tensa antes de que un nuevo episodio de violencia vuelva a sacudir a la provincia? La respuesta, desafortunadamente, parece estar en manos de la compleja dinámica del crimen organizado que opera en la región. Mientras tanto, la población de Esmeraldas vive con la angustia constante de la inseguridad, esperando soluciones concretas que les permitan recuperar la tranquilidad y la paz. El video, que se ha viralizado en redes sociales, sirve como un crudo recordatorio de la fragilidad de la seguridad y la constante amenaza que se cierne sobre la vida cotidiana de los esmeraldeños.