La indignación se palpa en el aire del Estado de México. Un video, viralizado en redes sociales, muestra la imprudencia temeraria de un chofer de la línea "Autobuses del Valle de México", con placas ECO-3158, consumiendo una sustancia a través de una pipa de vidrio, en pleno horario laboral y al volante de la unidad. La pregunta que resuena en la mente de miles de usuarios es escalofriante: ¿cómo es posible que nuestras vidas dependan de individuos que exhiben semejante irresponsabilidad?

La denuncia ciudadana, acompañada de la etiqueta #DenunciaCiudadana, exige una respuesta inmediata de la empresa. El silencio de "Autobuses del Valle de México" ante este grave incidente solo aviva las llamas de la controversia. ¿Acaso la falta de un comunicado oficial significa una aceptación tácita de estas prácticas? ¿Qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad de los pasajeros que a diario confían en este servicio de transporte?

Este lamentable episodio no es un hecho aislado. El video ha destapado una caja de Pandora, desatando una oleada de testimonios de usuarios que denuncian el exceso de velocidad, práctica común, según afirman, entre los conductores de esta línea. La imprudencia al volante, combinada con el consumo de sustancias, crea un cóctel explosivo que pone en peligro no solo la vida de los pasajeros, sino también la de los demás conductores y peatones.

La inseguridad, otro fantasma que recorre las rutas del Valle de México, se suma a la lista de preocupaciones. Los asaltos a unidades de transporte público son una constante, un recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan tanto choferes como pasajeros. En este contexto, la conducta del chofer en cuestión no solo es irresponsable, sino que agrava la sensación de desprotección.

La historia de "Autobuses del Valle de México" está marcada por la polémica. El accidente de agosto de 2024, donde 9 personas resultaron heridas tras la volcadura de la Unidad 177 C, es un precedente que pesa sobre la empresa. La revocación de la concesión de dicha unidad por parte de la Secretaría de Movilidad fue una medida necesaria, pero ¿es suficiente? ¿Qué garantías existen de que se implementarán protocolos más estrictos para prevenir futuros incidentes?

La exigencia de los usuarios es clara: transparencia, responsabilidad y acciones concretas. La seguridad en el transporte público no es negociable. Es hora de que "Autobuses del Valle de México" asuma su responsabilidad y responda a las demandas de una ciudadanía harta de la imprudencia y la falta de compromiso con la seguridad. El silencio ya no es una opción.