La madrugada del viernes, las luces del Coliseo Centenario de Torreón, aún tibias tras el eco del concierto de Miguel Bosé, fueron testigos de un inesperado incidente protagonizado por el diputado local de Morena, Antonio Attolini Murra. Un video, que rápidamente incendió las redes sociales, muestra al legislador en medio de un forcejeo, sometiendo a un hombre de camisa blanca en el asfalto del estacionamiento. La escena, fragmentada y confusa, abre un abanico de interrogantes. ¿Qué desató la confrontación? ¿Fue una agresión premeditada o un desafortunado encuentro que escaló rápidamente?

Las imágenes, aunque breves, muestran a un Attolini visiblemente alterado, repitiendo la frase “Él me pegó” mientras los agentes de la Policía Municipal de Torreón intervienen para separarlo del otro individuo. El rostro del diputado, según describe el comunicado oficial de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, presentaba signos de un golpe. La confusión se palpa en el ambiente, las voces se entremezclan con el sonido de las sirenas que se acercan. El video, de apenas 37 segundos, termina con Attolini siendo escoltado por los oficiales, dejando tras de sí un mar de especulaciones.

La versión oficial, emitida por la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Torreón, relata que los hechos ocurrieron alrededor de las 00:30 horas. Los agentes, al percatarse del altercado, intervinieron para controlar la situación. Attolini, según el comunicado, argumentó haber actuado en defensa propia tras recibir un golpe en el rostro. La policía, tras realizar las primeras indagatorias, liberó al diputado bajo el compromiso de que presentaría una denuncia formal contra su agresor. Sin embargo, el comunicado también revela un dato crucial: el presunto agresor, aprovechando la confusión del momento, se retiró del lugar antes de poder ser identificado plenamente.

Este incidente, envuelto en la bruma de la noche y la inmediatez de las redes sociales, deja un reguero de preguntas sin respuesta. ¿Quién era el hombre de camisa blanca? ¿Cuáles fueron los motivos que desencadenaron la riña? ¿Existió una provocación previa? La ausencia de una declaración pública por parte de Attolini alimenta la incertidumbre. Mientras tanto, el video continúa circulando, generando debates y opiniones encontradas. Algunos cuestionan la actuación del diputado, mientras que otros defienden su derecho a la legítima defensa.

La falta de testigos presenciales que se hayan pronunciado públicamente añade otra capa de misterio al caso. ¿Hubo alguien más que presenciara el altercado desde un ángulo diferente? ¿Existen otras grabaciones que puedan arrojar luz sobre lo sucedido? La investigación, aún en sus etapas iniciales, tendrá la difícil tarea de reconstruir los hechos y determinar la responsabilidad de cada una de las partes involucradas. El silencio de Attolini, sin duda, se convierte en un elemento central de esta historia a la espera de ser contada en su totalidad. ¿Romperá su silencio en las próximas horas? ¿Qué versión ofrecerá sobre lo ocurrido? La expectativa crece mientras la opinión pública aguarda ansiosa por conocer la verdad detrás de las imágenes que han dado la vuelta a la red.