
6 de junio de 2025 a las 11:20
Alerta: Cosme amenaza con 30% de probabilidad
En los albores de junio de 2025, el Océano Pacífico nos muestra una vez más su imponente poderío. La Comisión Nacional del Agua (Conagua), a través del ojo vigilante del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), nos alerta sobre la presencia de una segunda zona de baja presión con un 30% de probabilidad de transformarse en un ciclón tropical en los próximos siete días. De materializarse, este fenómeno meteorológico recibiría el nombre de Cosme, un nombre que resuena con fuerza en la memoria colectiva, evocando la presencia de un huracán homónimo en 1989 que desafió las trayectorias convencionales.
La expectativa crece en Baja California, mientras los expertos meteorológicos siguen de cerca la evolución de esta zona de baja presión. La incertidumbre se cierne sobre la región, pues aún es prematuro definir con precisión la trayectoria que tomaría Cosme en caso de convertirse en huracán. Sin embargo, la prudencia y la preparación son las mejores aliadas ante la fuerza impredecible de la naturaleza. Se recomienda a la población mantenerse informada a través de los canales oficiales, atender las indicaciones de Protección Civil y tomar las precauciones necesarias para salvaguardar su seguridad y la de sus familias.
La posible formación de Cosme marcaría el tercer huracán de la temporada 2025, siguiendo los pasos de Alvin, que se quedó en tormenta tropical, y Bárbara, cuyo potencial ciclónico se mantiene en un 80%. Este dato nos recuerda la intensa actividad que ha caracterizado la temporada de huracanes en el Pacífico este año. La naturaleza nos invita a reflexionar sobre nuestra vulnerabilidad y la importancia de la prevención.
El nombre Cosme, cargado de historia meteorológica, nos remonta a 1989. Aquel año, el huracán Cosme sorprendió a propios y extraños al trazar una ruta inusual, acercándose al Valle de México, una de las zonas más pobladas del país, incluyendo la Ciudad de México y el Estado de México. Este antecedente subraya la importancia de no subestimar el poder de la naturaleza y de estar preparados para cualquier eventualidad.
Aunque la comparación con el huracán Cosme de 1989 es inevitable, es crucial recordar que cada fenómeno meteorológico es único. Las condiciones atmosféricas, las corrientes marinas y otros factores influyen en la trayectoria e intensidad de los huracanes. Por ello, los expertos del SMN monitorean constantemente la evolución de esta zona de baja presión, analizando datos y modelos para ofrecer la información más precisa y oportuna a la población.
Mantener la calma, informarse a través de fuentes confiables y seguir las recomendaciones de las autoridades son las claves para enfrentar cualquier contingencia. La prevención es nuestra mejor defensa ante la fuerza de la naturaleza. En los próximos días, la evolución de esta zona de baja presión será determinante para conocer el futuro de Cosme y su posible impacto en las costas del Pacífico mexicano.
Fuente: El Heraldo de México