La problemática de la contaminación por plásticos en nuestras costas ha alcanzado dimensiones alarmantes. Imaginen 15 mil toneladas de plástico generadas diariamente en México, ¡una cifra impactante! De esta cantidad, un 80% termina invadiendo nuestras playas y costas, un escenario que afecta no solo la belleza natural de nuestros litorales, sino también la biodiversidad marina y la salud de nuestros ecosistemas. Ante esta preocupante realidad, la nueva Estrategia Nacional de Limpieza de Playas y Costas se presenta como un rayo de esperanza. No se trata solo de una iniciativa gubernamental, es una invitación a la acción, un llamado a la conciencia ciudadana para revertir el daño que hemos causado.

Eliminar los plásticos de un solo uso es el primer paso, un cambio de hábito fundamental que requiere la colaboración de todos. Desde la Secretaría de Marina, el compromiso es firme: no más plásticos de un solo uso, solo materiales reciclables. Un ejemplo que debe replicarse en todos los ámbitos, desde los hogares hasta las grandes industrias. La participación de la Secretaría de Marina, con su vasta experiencia en el cuidado de nuestras costas, es crucial. Con 11 mil kilómetros de litoral a su cargo, la Semar se ha comprometido a realizar jornadas de limpieza semanales, involucrando a las escuelas y a la comunidad en general. Imaginen el impacto positivo de 2,500 elementos navales y 2,000 voluntarios trabajando juntos por la limpieza de nuestras playas.

La adhesión de diversos estados a esta estrategia nacional es un signo alentador. Desde Guerrero hasta Baja California, los gobiernos estatales se han sumado a este esfuerzo conjunto, demostrando que la protección del medio ambiente es una prioridad compartida. En Guerrero, 400 voluntarios, restauranteros y servidores públicos se unen a la causa. Yucatán, con su programa "Cero Residuos", ha logrado retirar más de 600 toneladas de residuos de sus costas, un ejemplo de perseverancia y compromiso. Quintana Roo, desde Puerto Morelos, se suma con determinación a esta estrategia, reconociendo la urgencia de proteger sus playas, un tesoro invaluable para el turismo y la economía local.

Jalisco, con la limpieza de seis playas en Puerto Vallarta, demuestra que la acción local es fundamental para lograr un impacto nacional. Y en Baja California, donde el desierto se encuentra con el mar, la gobernadora Marina del Pilar resalta la importancia de cuidar cada playa, cada ola, cada especie. Sus palabras nos recuerdan que el medio ambiente no es un lujo, sino la base de la vida, la economía y el futuro de las nuevas generaciones.

Esta Estrategia Nacional de Limpieza de Playas y Costas no es una solución mágica, es un camino que debemos recorrer juntos. Requiere un cambio de mentalidad, un compromiso individual y colectivo para reducir nuestro consumo de plásticos, reciclar responsablemente y participar activamente en la limpieza de nuestras comunidades. El objetivo es ambicioso: playas limpias y libres de plástico al 100% para el año 2030. Un reto que podemos alcanzar si trabajamos unidos, con la convicción de que un futuro sostenible es posible. La limpieza de nuestras playas no es solo una cuestión estética, es una responsabilidad con nosotros mismos, con las futuras generaciones y con el planeta que habitamos.