La indignación recorre las redes sociales tras la difusión de un perturbador video donde se observa a una niñera, identificada como Lakeysha Jackson, agrediendo físicamente a tres menores de edad bajo su cuidado en Nueva York. Las imágenes, captadas por las cámaras de seguridad de la vivienda, muestran la brutalidad con la que la mujer golpea repetidamente a los pequeños hermanos de 2, 4 y 6 años con un cinturón, mientras estos lloran desconsoladamente en su habitación. La frialdad de la niñera es escalofriante: antes de la agresión, se le ve esbozar una sonrisa y preguntar a uno de los niños si sabe lo que va a pasar, a lo que el pequeño responde con la palabra "la correa", sugiriendo que este tipo de maltrato no era un hecho aislado.

El descubrimiento de este horroroso acto de violencia se lo debemos a la abuela de los niños, quien reside en Pensilvania y tenía acceso remoto a las cámaras de seguridad. Al presenciar la agresión en tiempo real, la abuela intervino de inmediato para detener el maltrato y alertar a su hija, la madre de los pequeños. La reacción de la madre, una inmigrante hispana, ha sido de profundo dolor y conmoción. En una desgarradora entrevista para Telemundo, expresó sentirse devastada y llena de rabia al ver las imágenes de sus hijos siendo golpeados de esa manera, un escenario que jamás imaginó. "Me quedé en shock, muy doloroso… sentí mucha rabia", confesó entre lágrimas.

El incidente, ocurrido a principios de mayo, ha generado una ola de repudio en las redes sociales y ha puesto en el ojo del huracán a la Agencia de Protección Civil de Nueva York, entidad que subcontrató a Lakeysha Jackson. La abuela de los menores, aún impactada por la violencia presenciada, relató haber contado más de 50 golpes en el video. "Eran más de 50 veces, yo hasta llegué al punto de contar cada vez que los golpeaba", declaró conmocionada.

Las autoridades estadounidenses han iniciado una intensa búsqueda para dar con el paradero de la agresora, quien se encuentra prófuga. La Administración para Servicios para Niños (ACS) emitió un comunicado informando el despido de Jackson y la colaboración activa con la policía de Nueva York en la investigación. Este lamentable caso reabre el debate sobre la seguridad de los menores bajo el cuidado de terceros y la importancia de la supervisión, así como la necesidad de implementar mecanismos más rigurosos de selección y control en las agencias que prestan servicios de cuidado infantil. La comunidad hispana, especialmente, se ha unido en solidaridad con la familia afectada, exigiendo justicia y un castigo ejemplar para la responsable de este atroz acto de violencia contra la infancia. La pregunta que resuena en la mente de todos es: ¿cuántos casos similares podrían estar ocurriendo sin ser detectados? La respuesta, sin duda, es inquietante. Este caso nos recuerda la vulnerabilidad de los niños y la imperiosa necesidad de protegerlos de cualquier forma de maltrato.