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6 de junio de 2025 a las 02:20

Lomachenko cuelga los guantes

El mundo del boxeo se despide de una leyenda. Vasiliy Lomachenko, el prodigio ucraniano que deslumbró con su técnica depurada y su velocidad cegadora, cuelga los guantes. Su anuncio, a través de un emotivo video en redes sociales, ha resonado en cada rincón del planeta, dejando un vacío en el corazón de los aficionados que vibraron con sus combates. "Estoy agradecido por cada victoria y cada derrota", declaró Lomachenko, palabras que resumen la filosofía de un guerrero que supo encontrar el aprendizaje tanto en la gloria como en la adversidad. Y es que, más allá de los títulos y los récords, la carrera de Lomachenko trasciende el ámbito deportivo. Su historia es un testimonio de perseverancia, talento y amor por su país.

Desde sus inicios en el boxeo amateur, Lomachenko demostró una habilidad innata para el deporte de las narices chatas. Doble medallista de oro olímpico, en Beijing 2008 y Londres 2012, su nombre se inscribió con letras doradas en la historia del olimpismo. Aquel joven de apenas 20 años que deslumbró al mundo en Beijing, no solo se consagró como campeón, sino que se convirtió en un símbolo de esperanza para una nación ávida de triunfos. Cuatro años después, en Londres, repetiría la hazaña, confirmando su estatus de leyenda olímpica junto a su compatriota Oleksandr Usyk. Un hito que marcó a toda una generación de boxeadores ucranianos.

Su impresionante récord amateur de 396 victorias y tan solo una derrota, pavimentó el camino hacia una carrera profesional igualmente brillante. En 2013, Lomachenko desembarcó en Estados Unidos con la promesa de revolucionar el boxeo. Y no defraudó. Con una velocidad endiablada, movimientos impredecibles y una precisión quirúrgica en sus golpes, "Hi-Tech" –como lo apodaron–, se convirtió en una pesadilla para sus rivales. En apenas su tercera pelea profesional, alcanzó la cima del peso pluma, arrebatándole el título de la OMB a Gary Russell Jr. Una hazaña que preludiaba una carrera llena de éxitos.

Su ascenso meteórico continuó con la conquista de títulos mundiales en dos categorías más: superpluma y ligero. Victorias ante nombres de la talla de Román "Rocky" Martínez y Jorge Linares, consolidaron su posición como uno de los mejores libra por libra del mundo. Su estilo, una combinación de maestría técnica y agresividad controlada, lo convirtió en un espectáculo digno de admirar. Cada combate era una clase magistral de boxeo, una demostración de la belleza y la complejidad de este deporte.

Sin embargo, el camino de Lomachenko no estuvo exento de obstáculos. Derrotas ante Teófimo López y Devin Haney, demostraron que incluso los más grandes son vulnerables. Pero estas derrotas, lejos de minarlo, lo fortalecieron. Le recordaron que la grandeza no se mide solo por las victorias, sino también por la capacidad de levantarse después de una caída.

En 2022, con el corazón encogido por la invasión rusa a Ucrania, Lomachenko decidió interrumpir su carrera para defender a su patria. Un acto de valentía y compromiso que lo elevó a la categoría de héroe nacional. Su regreso al ring, cargado de simbolismo, fue una muestra de resiliencia y esperanza para un pueblo que lucha por su libertad.

Su último combate, una victoria por nocaut técnico ante George Kambosos Jr., quedará grabado en la memoria de los aficionados como la despedida de un grande. Bob Arum, su promotor, resumió el sentir del mundo del boxeo: "Ha sido un honor para todos nosotros en Top Rank promover la carrera profesional de Vasiliy Lomachenko. Fue un campeón de su generación, y todos extrañaremos su participación en el deporte".

La leyenda de Lomachenko trasciende los cuadriláteros. Su historia es un ejemplo de perseverancia, talento y amor por su país. Un legado que inspirará a futuras generaciones de boxeadores y que permanecerá vivo en el corazón de los aficionados que tuvieron el privilegio de presenciar su magia sobre el ring. Gracias, campeón.

Fuente: El Heraldo de México