La caída del cabello, un tema que resuena con la llegada de la primavera, y que a menudo nos llena de inquietudes. Es cierto, ver esos cabellos rebeldes en el cepillo, la almohada o la ducha puede generar cierta alarma. Pero antes de que el pánico se apodere de nosotras, es fundamental entender que, en la mayoría de los casos, se trata de un proceso natural conocido como efluvio telógeno. Como nos explica la experta capilar Helena Rodero, este fenómeno es una caída puntual, más intensa que la habitual, pero generalmente temporal. No implica necesariamente una pérdida real de densidad capilar, sino un cambio en el ciclo de vida del cabello. Es como un pequeño descanso que se toma nuestra melena para renovarse.

Imaginemos nuestro cabello como un jardín. Así como las plantas necesitan nutrientes para florecer, nuestro cabello requiere de una alimentación adecuada para mantenerse fuerte y sano. Helena Rodero, en su intervención en el podcast "La belleza es nuestra" de TELVA, insiste en la importancia de una dieta equilibrada, rica en proteínas, antioxidantes y grasas saludables. Pensemos en el pollo, el pavo, los huevos, verdaderas fuentes de proteínas que aportan los aminoácidos esenciales para la formación de queratina, el componente principal del cabello. Las frutas y verduras, con su arsenal de antioxidantes, protegen el cabello del daño oxidativo, mientras que el aceite de oliva y el aguacate aportan las grasas saludables necesarias para mantenerlo hidratado y brillante.

Pero la alimentación no lo es todo. El cuidado diario también juega un papel crucial. Lavar el cabello con la frecuencia necesaria, sin intentar prolongar los intervalos entre lavados, es fundamental para mantener la higiene del cuero cabelludo y evitar la acumulación de impurezas que pueden obstruir los folículos pilosos. Y un pequeño secreto: al lavar, masajear suavemente el cuero cabelludo estimula la circulación sanguínea, favoreciendo el crecimiento sano del cabello.

El secado, un paso que a menudo subestimamos, también tiene su importancia. Secar el cabello boca abajo, con el aire a temperatura media y a una distancia prudencial del cuero cabelludo, no solo aporta volumen, sino que también previene la rotura del cabello. Imaginemos las fibras capilares como delicadas hebras de seda, que requieren un trato suave y cuidadoso.

Así que, si bien la caída estacional del cabello es un fenómeno natural, podemos tomar medidas para minimizar su impacto y mantener una melena saludable y radiante. Una alimentación equilibrada, una higiene capilar adecuada y un secado cuidadoso son las claves para afrontar con tranquilidad la llegada de la primavera, sin preocuparnos por esos cabellos rebeldes que, en realidad, son solo una señal de renovación. No se trata de evitar la caída a toda costa, sino de acompañar a nuestro cabello en su ciclo natural, brindándole los cuidados que necesita para mantenerse fuerte y vital.