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5 de junio de 2025 a las 19:45
Justicia para María Alejandra y su bebé
La consternación se respira en cada rincón de El Platanal, Jacona, Michoacán. El hallazgo del cuerpo sin vida de María Alejandra, una joven de 29 años con ocho meses de embarazo, ha sacudido a la comunidad y ha encendido la furia y la exigencia de justicia. El martes pasado, en un solitario camino de terracería, la vida de María Alejandra fue brutalmente arrebatada. Las huellas de la violencia, marcadas a pedradas principalmente en su cabeza, hablan de la crueldad del acto. Seis piedras manchadas de sangre, mudos testigos del horror, yacen cerca del lugar donde su cuerpo fue encontrado, un recordatorio constante de la barbarie cometida.
Las autoridades presumen que María Alejandra fue asesinada en el mismo lugar del hallazgo. Imaginar sus últimos momentos, la indefensión ante la brutalidad, es un peso que aplasta el alma de quienes la conocieron. Vecinos de la colonia, quienes dieron el aviso a las autoridades, fueron los primeros en enfrentarse a la desgarradora escena. Posteriormente, elementos de la Policía Municipal de Jacona acordonaron el área, dando paso a los peritos de la Fiscalía Regional.
Dada la naturaleza del crimen y el avanzado estado de gestación de María Alejandra, la investigación se lleva a cabo bajo el protocolo de feminicidio. Cada detalle, cada pista, es crucial para esclarecer este acto atroz y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, hasta el momento, la incertidumbre se cierne sobre El Platanal: ningún sospechoso ha sido detenido y el móvil del crimen permanece en las sombras.
La indignación y el dolor se palpan en el aire. Vecinos y familiares de María Alejandra claman justicia, no solo para ella, sino también para la vida que llevaba en su vientre, una vida truncada antes de tener la oportunidad de respirar. El eco de sus voces se une al de organizaciones feministas que, conmovividas por la tragedia, convocan a movilizaciones en Jacona y municipios aledaños. Exigen respuestas, exigen que la muerte de María Alejandra y su hijo no quede impune, que se haga justicia y que este caso se convierta en un grito que despierte conciencias y promueva acciones para erradicar la violencia contra las mujeres.
La historia de María Alejandra no es un caso aislado. Es un reflejo de la vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres en nuestro país. Es un llamado urgente a la reflexión, a la acción, a la construcción de una sociedad donde la vida de las mujeres sea valorada y protegida. La lucha por la justicia para María Alejandra es la lucha por un futuro donde ninguna mujer tenga que temer por su vida. Su memoria debe ser un motor para la transformación, un recordatorio constante de que la violencia no tiene cabida en una sociedad justa y equitativa. ¿Hasta cuándo seguiremos contando estas historias? ¿Hasta cuándo la impunidad seguirá siendo la respuesta? La justicia para María Alejandra y su hijo es una deuda que la sociedad tiene que saldar.
Fuente: El Heraldo de México