
5 de junio de 2025 a las 21:10
Jueces bajo la lupa: ¿Adiós a la impunidad?
La elección de Bernardo Bátiz, Celia Maya y Eva Verónica de Gyvez como magistrados del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial ha generado una ola de expectativas en el ámbito jurídico mexicano. Bátiz, con su vasta trayectoria y reconocida integridad, se presenta como una figura clave en esta nueva institución. Sus palabras, cargadas de compromiso y firmeza, resuenan con la necesidad de un cambio profundo en la administración de justicia. "Cuidar la disciplina", una frase sencilla pero contundente, resume la esencia de la misión que este tribunal tiene por delante. No se trata solo de sancionar, sino de construir una cultura de respeto, ética y responsabilidad desde las bases del sistema judicial.
La preocupación de Bátiz por el trato al personal judicial, desde los más altos cargos hasta los niveles inferiores, revela una visión humanista y una comprensión profunda de las dinámicas internas del poder. Un sistema judicial justo no puede construirse sobre la base del abuso o la prepotencia. La justicia, como bien lo señala Bátiz, debe ser equitativa y respetuosa, no solo para quienes la buscan, sino también para quienes la administran.
El compromiso de vigilar el patrimonio de los jueces y magistrados, previniendo el enriquecimiento ilícito, es un punto crucial en la lucha contra la corrupción. La transparencia y la rendición de cuentas son pilares fundamentales para la construcción de un sistema judicial confiable y legítimo. La ciudadanía exige, con toda razón, que quienes imparten justicia sean ejemplos de probidad y rectitud.
La gratitud expresada por Bátiz hacia la ciudadanía que depositó su confianza en él, refleja su compromiso con la democracia y la participación ciudadana. Su promesa de seguir colaborando para mejorar la justicia en México es un aliento de esperanza en un contexto donde la impunidad y la desigualdad siguen siendo grandes desafíos.
La satisfacción de Bátiz por formar parte de este tribunal, presidido por la experimentada jurista Celia Maya, augura un trabajo conjunto fructífero y una colaboración basada en el respeto mutuo. La experiencia de Maya y De Gyvez, combinada con la trayectoria de Bátiz, conforma un equipo sólido y preparado para afrontar los retos que implica la consolidación de este nuevo órgano disciplinario.
El Tribunal de Disciplina Judicial se presenta como una pieza fundamental en la transformación del sistema judicial mexicano. La tarea que tienen por delante estos tres magistrados es titánica, pero su compromiso y la esperanza que han despertado en la ciudadanía son un motor poderoso para impulsar el cambio. El camino hacia una justicia más justa, equitativa y respetuosa apenas comienza, y la mirada del país está puesta en ellos. El futuro de la justicia en México se escribe ahora, y la responsabilidad recae en las manos de quienes han jurado protegerla y fortalecerla. El tiempo dirá si este tribunal logra estar a la altura de las expectativas y se convierte en un verdadero garante de la integridad y la ética en el Poder Judicial.
Fuente: El Heraldo de México