La desaparición de 119,195 personas en México desde 1952 es una tragedia que nos interpela a todos. Ante esta lacerante realidad, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fiel a su vocación social, ha desarrollado "Regresa", un innovador proyecto que ofrece una luz de esperanza en la búsqueda de niñas, niños y adolescentes desaparecidos. No se trata solo de una herramienta tecnológica, sino de un esfuerzo colectivo que busca reconstruir vidas y sanar heridas.

Imaginen la angustia de una familia que ha perdido a un hijo o hija, los días que se convierten en años, la incertidumbre que carcome el alma. "Regresa", fruto del trabajo incansable del Centro de Estudios Antropológicos (CEA) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, busca acortar esa dolorosa espera. ¿Cómo? A través de un sofisticado algoritmo de progresión y regresión de edad facial, capaz de predecir la apariencia actual de un niño o niña tras años de ausencia.

A diferencia de otros sistemas internacionales, "Regresa" se distingue por su enfoque específico en la población mexicana. Su base de datos, construida con rigor científico y respeto a la privacidad, considera la rica diversidad morfológica de nuestro país. Desde la forma de la nariz y los labios, hasta el contorno de los ojos, pómulos y cejas, cada detalle ha sido meticulosamente analizado para garantizar la precisión del algoritmo.

El desarrollo de este proyecto, iniciado hace una década, recibió un importante impulso en 2022 gracias a la Alianza UNAM-Huawei. Esta colaboración estratégica ha permitido consolidar un banco de imágenes sin precedentes en México, con la invaluable participación de al menos 75 personas que, de manera altruista, han aportado fotografías de distintas etapas de su vida, bajo estrictos protocolos de seguridad y confidencialidad.

Pero "Regresa" no se limita a un algoritmo. Es un proyecto vivo, en constante evolución, que necesita la colaboración de todos. La UNAM hace un llamado a la sociedad civil a sumarse a esta iniciativa aportando fotografías que contribuyan a perfeccionar el sistema. Cada imagen donada es una pieza clave en la construcción de un futuro donde la esperanza tenga rostro.

El proceso de reconstrucción facial es un trabajo minucioso que combina la tecnología con la experiencia humana. Primero, se realiza un análisis manual de los rasgos faciales individuales. Posteriormente, se identifican los puntos de referencia ósea, se construyen modelos tridimensionales y, finalmente, se entrena el algoritmo con patrones de crecimiento facial específicos de la población mexicana.

La innovación de "Regresa" radica en su capacidad de adaptarse a la compleja realidad de nuestro país, donde la diversidad étnica y las condiciones socioeconómicas influyen en el desarrollo facial. Este proyecto, impulsado por el compromiso social de la UNAM, nos recuerda que la ciencia y la tecnología pueden ser herramientas poderosas para la construcción de un México más justo y solidario, donde la búsqueda de los desaparecidos sea una prioridad nacional. Únete a "Regresa" y sé parte de la esperanza.