
5 de junio de 2025 a las 20:35
DJ revela terror en cabaña: fiesta termina en pesadilla
La tranquilidad de una noche barranquillera se vio abruptamente interrumpida por el eco de disparos que resonaron desde una cabaña donde se celebraba una fiesta electrónica. La música, que momentos antes llenaba el ambiente de euforia, se transformó en un silencio sepulcral, roto solo por los gritos de terror de los asistentes. El DJ Zandú, quien debía estar en la cabina en el momento del ataque, compartió un estremecedor testimonio a través de sus redes sociales, expresando su conmoción y enviando condolencias a las familias de las víctimas. Sus palabras, cargadas de incredulidad y agradecimiento por haber escapado al horror, dibujan una imagen vívida del caos y la desesperación que se apoderaron de la escena. "Estaba allá… me debía quedar…", repetía, casi sin poder creer que una decisión de último minuto lo había salvado de una tragedia inimaginable.
Este atentado, que dejó un saldo de tres jóvenes fallecidos y varios heridos, ha sacudido a la ciudad de Barranquilla y ha puesto en relieve la creciente violencia que azota la región. Los nombres de Massiel Karina Gómez Gómez, Luis Alfredo Vergara Juliao (alias Víctor) y Ronaldo José Alarcón Castillejo, todos de 25 años, se suman a la larga lista de víctimas de la violencia en Colombia. Sus sueños, sus futuros, truncados por la brutalidad de un ataque que, según las primeras investigaciones, estaría vinculado con un ajuste de cuentas entre bandas criminales.
El panorama se torna aún más sombrío al conocerse la posible implicación de la temida organización criminal "Los Costeños" en este sangriento episodio. Las autoridades apuntan a que el objetivo principal de los sicarios era Raúl Henao Farías, alias "Choco", un hombre presuntamente ligado al narcotráfico. "Choco", quien sobrevivió al ataque con una herida en el fémur derecho, se convierte ahora en una pieza clave para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. El comandante de la Policía de Barranquilla, Edwin Urrego, ha confirmado que la hipótesis del ajuste de cuentas cobra fuerza con cada nueva evidencia. La investigación se centra ahora en el análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, con la esperanza de identificar a los cuatro hombres armados que irrumpieron en la fiesta y desataron la tragedia.
La comunidad barranquillera se encuentra consternada por este nuevo acto de violencia que ha enlutado a varias familias y ha sembrado el miedo entre sus ciudadanos. El testimonio del DJ Zandú, un testigo indirecto de la tragedia, se convierte en un llamado a la reflexión sobre la fragilidad de la vida y la urgente necesidad de encontrar soluciones a la problemática de la violencia en el país. Mientras tanto, la justicia trabaja contrarreloj para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante los tribunales, con la esperanza de que este tipo de sucesos no se repitan y que la música vuelva a ser sinónimo de alegría y no de tragedia. ¿Será posible que la ciudad recupere la tranquilidad perdida? ¿Podrá la justicia ofrecer consuelo a las familias de las víctimas y devolver la confianza a una comunidad golpeada por la violencia? El futuro, por ahora, se presenta incierto, mientras Barranquilla llora a sus jóvenes y espera respuestas.
Fuente: El Heraldo de México