La decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos de desestimar la demanda del Gobierno de México contra fabricantes de armas ha generado una ola de reacciones, especialmente en el ámbito político mexicano. La postura de la JUCOPO, liderada por Ricardo Monreal, refleja la profunda preocupación que existe en el país respecto al flujo ilegal de armas y su impacto directo en la violencia. El senador ha calificado la decisión como incongruente, argumentando que Estados Unidos exige cooperación en la lucha contra el narcotráfico, mientras que, al mismo tiempo, empresas de su país abastecen a los grupos criminales con el armamento que alimenta la espiral de violencia en México. Esta aparente contradicción pone en relieve la compleja relación bilateral y la necesidad de una mayor corresponsabilidad en la búsqueda de soluciones.

La demanda, originalmente impulsada por Marcelo Ebrard, busca responsabilizar a los fabricantes de armas por la facilidad con la que su producto termina en manos del crimen organizado. Si bien la decisión de la Corte representa un revés, Monreal insiste en que la lucha legal no ha terminado y que existen recursos jurídicos a los que el Gobierno de México puede recurrir. Más allá de la vía judicial, el senador aboga por una estrategia integral que combine la diplomacia, la presión política y la acción legal para frenar el tráfico de armas. La introducción ilegal de armamento es un problema multifacético que requiere un abordaje a varios niveles, desde el control en la frontera hasta la cooperación internacional para combatir el tráfico de armas a gran escala.

Por otro lado, el tema de la participación ciudadana en la reciente elección del Poder Judicial también ha generado debate. La baja afluencia a las urnas, con un 87% de abstencionismo, ha sido objeto de análisis y críticas. Monreal, sin embargo, destaca el carácter pacífico de la jornada electoral y la importancia de la renovación del Poder Judicial, un proceso que considera necesario para combatir la corrupción y la impunidad. La decisión de Claudia Sheinbaum de dejar la elección en manos del pueblo, en lugar de intervenir directamente, es presentada como una muestra de respeto al proceso democrático. Si bien la abstención fue mayoritaria, Monreal resalta la significación de los 13 millones de ciudadanos que sí ejercieron su derecho al voto. Este número, argumenta, representa una cifra considerable en cualquier democracia y merece ser reconocida y respetada. La participación ciudadana, aun siendo minoritaria, es un pilar fundamental del sistema democrático y su fortalecimiento debe ser una prioridad. El reto radica en fomentar la participación y generar mayor confianza en las instituciones.