La sombra del sarampión vuelve a cernirse sobre México, despertando la alarma en la Asociación Mexicana de Vacunología. La cifra de 2,041 mil casos confirmados, con un preocupante aumento de 94 en las últimas 24 horas (hasta el 4 de junio, según la Secretaría de Salud), nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la prevención y la vacunación. El Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Febril Exantemática ha pintado un panorama inquietante: 17 estados y 57 municipios se encuentran bajo el asedio de esta enfermedad altamente contagiosa.

La distribución geográfica de los casos nos muestra una realidad compleja. Si bien la enfermedad no discrimina por género, afectando a hombres y mujeres casi por igual (48% y 52% respectivamente), la vulnerabilidad se concentra en ciertos grupos de edad. Aunque la mayor cantidad de casos se presenta en jóvenes adultos, la tasa de incidencia más alta golpea con fuerza a los más pequeños, nuestros niños de 0 a 4 años. Imaginen, 3.35 casos por cada 100,000 habitantes menores de 4 años. Una cifra que nos exige redoblar esfuerzos para proteger a los más vulnerables.

¿Qué nos dice esta información? Nos habla de la necesidad urgente de reforzar las campañas de vacunación, de llegar a cada rincón del país, a cada familia, para asegurar que la protección llegue a quienes más la necesitan. No podemos bajar la guardia. El sarampión, una enfermedad que creíamos controlada, resurge con fuerza, recordándonos la fragilidad de la salud pública y la importancia de la prevención.

La Asociación Mexicana de Vacunología no se limita a expresar su preocupación. Hace un llamado a la acción, a la responsabilidad individual y colectiva. Vacunar a nuestros hijos no es solo protegerlos a ellos, es proteger a toda la comunidad, es construir un escudo sanitario que nos defienda a todos. Es un acto de solidaridad, un compromiso con la salud pública.

¿Qué podemos hacer? Informarnos, consultar con nuestros médicos, acudir a los centros de salud y asegurarnos de que nuestros hijos tengan el esquema de vacunación completo. No dejemos que la desinformación y la apatía nos ganen la batalla. El sarampión es una enfermedad prevenible. La vacuna es segura y eficaz. La salud de nuestros niños está en nuestras manos.

No esperemos a que las cifras sigan aumentando. Actuemos ahora. La prevención es la mejor medicina. Juntos podemos detener el avance del sarampión y construir un futuro más saludable para todos. Infórmate, comparte esta información y únete a la lucha contra el sarampión. Tu participación es crucial.