Sumérgete en el enigmático mundo de los aluxes, esos seres traviesos y protectores que habitan las tierras mayas, envueltos en un halo de misterio y tradición. Beatriz Castro, artista yucateca, nos guía a través de su experiencia y el legado de su padre, Wilbert Castro, un apasionado estudioso de la cultura maya, para desentrañar los secretos de estos pequeños guardianes.

Mucho más que simples duendes, los aluxes representan la conexión con lo desconocido, la fuerza de la creencia y la riqueza de un legado ancestral. Beatriz, inspirada por la sabiduría paterna y motivada por la necesidad de canalizar su energía tras la pérdida de su madre, encontró en la escultura de aluxes una forma de expresión y un vínculo con la magia de su tierra.

Lejos de las representaciones negativas que a veces los rodean, Beatriz los retrata con una belleza singular, incluso divertida, resaltando su papel como protectores. Su trabajo, basado en anécdotas y relatos populares, nos invita a imaginar a estos seres de diversas formas, desde pequeñas criaturas de 40 o 50 centímetros hasta entidades invisibles que se mimetizan con el entorno. Las orejas puntiagudas y la vestimenta tradicional maya son algunos de los rasgos que Beatriz incorpora a sus creaciones, dándoles una identidad única y reconocible.

La creencia en los aluxes trasciende generaciones, resistiendo el paso del tiempo y la influencia de otras culturas. "Sobrevivieron a los españoles", afirma Beatriz, destacando la fuerza de esta tradición que se mantiene viva en el imaginario colectivo. No se trata solo de folclore, sino de una conexión profunda con las raíces mayas, una manera de honrar a los antepasados y mantener viva la llama de la cultura.

¿Cómo interactuar con estos seres invisibles? Beatriz nos explica que no se trata de una conversación directa, sino de un intercambio respetuoso a través de ofrendas, un ritual que simboliza la reciprocidad. Desde el tradicional balché hasta juguetes y cervezas, las ofrendas son una muestra de reconocimiento y agradecimiento por la protección que brindan. "Si los cuidas, ellos te cuidan", asegura Beatriz, recalcando la importancia del respeto mutuo. No se trata de temerles, sino de comprender su naturaleza y su rol como guardianes.

La historia del veterinario perdido en el terreno, desorientado por la influencia de los aluxes, ilustra a la perfección esta relación de respeto y protección. No se trata de un castigo, sino de una forma de resguardar lo que les pertenece, de mantener el equilibrio en su territorio.

La leyenda del Enano de Uxmal, nacido de un huevo cuidado con amor por una hechicera, nos revela el origen mágico de estos seres, su conexión con la diosa Ixchel, la madre creadora, y su misión de proteger a la humanidad. Son "una especie de sirvientes" al servicio del hombre, encargados de velar por su bienestar.

Beatriz nos invita a adentrarnos en este fascinante mundo, a valorar la riqueza de la cultura maya y a abrazar la magia de lo desconocido. Creer en los aluxes es una forma de mantener viva la tradición, de conectar con nuestras raíces y de reconocer la fuerza de lo invisible. Es un viaje a través del tiempo, un encuentro con la esencia misma de la tierra maya.