
5 de junio de 2025 a las 20:30
Alivia el dolor de muelas con esta especia
El ajo, ese pequeño bulbo de intenso aroma y sabor, ha conquistado cocinas y botiquines desde tiempos inmemoriales. No solo es la base de incontables platillos, desde las tapas españolas hasta los stir-fry asiáticos, sino que también se le atribuyen una serie de beneficios para la salud que lo han convertido en un verdadero tesoro culinario y medicinal. Su versatilidad es asombrosa, capaz de transformar un plato simple en una explosión de sabor y, al mismo tiempo, ofrecer un alivio natural a diversas dolencias.
Su historia se entrelaza con la de la humanidad, presente en las mesas de diversas culturas a lo largo de los siglos. Desde la dieta mediterránea, donde es un ingrediente fundamental, hasta las cocinas más exóticas del mundo, el ajo se ha ganado un lugar privilegiado. Este ingrediente, perteneciente a la familia de las liliáceas, es mucho más que un simple sazonador: es una joya gastronómica con un potencial que va más allá del paladar.
El ajo no solo deleita nuestros sentidos con su sabor característico, sino que también nutre nuestro cuerpo con una rica variedad de vitaminas y minerales. Es una fuente importante de vitamina C, esencial para el sistema inmunológico; vitamina B6, crucial para el buen funcionamiento del cerebro; y manganeso, un mineral que contribuye a la salud ósea. Además, su bajo contenido calórico lo convierte en un aliado ideal para quienes buscan mantener una dieta equilibrada.
Pero los beneficios del ajo no terminan ahí. Desde la antigüedad se le han atribuido propiedades curativas, y la ciencia moderna ha comenzado a confirmar algunas de ellas. Diversos estudios han investigado su potencial para combatir enfermedades cardiovasculares, regular la presión arterial e incluso fortalecer el sistema inmunológico. Su capacidad para reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL) lo convierte en un protector del corazón.
Uno de los usos tradicionales más extendidos del ajo es para aliviar el dolor de muelas. Su poder antibacteriano, antiinflamatorio y antiviral, atribuido principalmente a la alicina, un compuesto que se libera al cortar o machacar el ajo, lo convierte en un remedio natural para combatir las infecciones bucales. La alicina, responsable también del característico aroma picante del ajo, actúa como un antibiótico natural, aliviando el dolor y la inflamación.
Aplicar un diente de ajo machacado directamente sobre la muela afectada puede proporcionar un alivio temporal. Sin embargo, es fundamental recordar que el ajo no sustituye la atención profesional. Si el dolor persiste o se intensifica, es indispensable consultar a un odontólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuados. El ajo puede ser un aliado en el cuidado de la salud bucal, pero siempre como complemento de una buena higiene dental, que incluye el cepillado regular, el uso de hilo dental y, preferiblemente, enjuague bucal.
En definitiva, el ajo es un regalo de la naturaleza, un alimento versátil y potente que enriquece nuestra cocina y contribuye a nuestro bienestar. Desde su inconfundible sabor hasta sus propiedades medicinales, el ajo se ha ganado un lugar de honor en la historia de la alimentación y la salud.
Fuente: El Heraldo de México