
5 de junio de 2025 a las 14:20
¡Alerta! Plagas en escuela Julio Torri
La preocupación se palpa en el aire de la colonia Las Torres, en Saltillo, Coahuila. La tranquilidad habitual de la escuela primaria Julio Torri se ha visto perturbada por una inquietante presencia: chinches y garrapatas, que, según testimonios de padres de familia, han afectado la salud de al menos 30 estudiantes. Picaduras, irritaciones y la incertidumbre ante posibles enfermedades han encendido las alarmas y generado un conflicto entre la comunidad escolar y las autoridades educativas.
El testimonio de los padres es desgarrador. "Tengo una niña en sexto, uno en quinto… ya no sé qué medidas tomar", confiesa una madre con angustia, reflejando la impotencia que sienten ante la aparente minimización del problema por parte de la dirección escolar. La cifra de afectados, entre 25 y 30 niños, según las estimaciones de los propios padres, sumada a la afectación también de algunas maestras, pinta un panorama alarmante que contrasta con la versión oficial. Las demandas de los padres van en aumento, exigiendo no solo la fumigación del plantel, sino también la destitución del director, Nelson Salazar, a quien acusan de inacción e incluso de ocultar la verdadera magnitud del problema.
La Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación estatal, tras una inspección realizada por un entomólogo, han descartado la existencia de un riesgo inminente. Sin embargo, esta versión no ha logrado tranquilizar a los padres, quienes aseguran que el problema persiste desde hace más de quince días. La desconfianza se ha instalado, alimentada por la falta de transparencia que denuncian. "El director dice que ya fumigaron, pero nunca mostró pruebas", declara otra madre, evidenciando la profunda brecha que se ha abierto entre la institución y la comunidad.
La situación ha escalado a tal punto que las clases se han suspendido en la escuela Julio Torri. A las afueras del plantel, carteles con las leyendas "Fuera Nelson Salazar" y "Sí a la Fumigación" son mudos testigos de la tensión reinante. La incertidumbre sobre cuándo se retomarán las actividades escolares se suma a la preocupación por la salud de los niños. ¿Qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad de los estudiantes? ¿Se escucharán las voces de los padres?
Más allá del conflicto puntual en la escuela Julio Torri, este caso pone de manifiesto la importancia de la comunicación transparente y la colaboración entre las instituciones educativas y las familias. La salud de los niños debe ser una prioridad ineludible, y la respuesta ante situaciones como esta requiere diligencia, empatía y acciones concretas que brinden seguridad y tranquilidad a la comunidad escolar. La falta de confianza puede generar rumores y especulaciones, y es crucial que las autoridades asuman un rol proactivo para dispersar las dudas y brindar soluciones eficaces. El diálogo y la transparencia son las herramientas fundamentales para reconstruir la confianza perdida y garantizar un ambiente escolar seguro y saludable para todos.
El caso de la escuela Julio Torri nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prevención y el control de plagas en los centros educativos. ¿Existen protocolos adecuados para este tipo de situaciones? ¿Se realizan inspecciones periódicas para detectar posibles focos de infestación? ¿Se informa adecuadamente a la comunidad escolar sobre las medidas de prevención y control? Estas son preguntas que debemos hacernos para evitar que situaciones similares se repitan en otras escuelas. La salud de nuestros niños no puede estar sujeta a la negligencia o la falta de previsión.
Mientras tanto, en la colonia Las Torres, la incertidumbre continúa. Los padres de familia se mantienen firmes en su demanda de soluciones concretas y transparencia. La escuela Julio Torri, un lugar que debería ser sinónimo de aprendizaje y crecimiento, se ha convertido en el escenario de una lucha por la salud y la tranquilidad de sus estudiantes. El tiempo dirá si las autoridades están a la altura del desafío y logran devolver la confianza a la comunidad escolar.
Fuente: El Heraldo de México