El verano de 2025 se presenta con un desafío climático importante para más de 20 estados de México. Nos espera la canícula, un periodo de intenso calor con temperaturas que podrían superar los 45 grados durante 40 días. Imaginen el aire denso y caliente, el sol implacable en un cielo despejado, y la escasez de lluvias refrescantes. Este fenómeno, que se produce por un calentamiento excesivo del aire, tendrá un impacto significativo en la vida diaria de millones de mexicanos.

Baja California, por ejemplo, se perfila como uno de los estados más afectados. Las olas de calor que se avecinan representan un peligro real para la salud, especialmente para quienes se expongan al sol entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde. Ante este panorama, Protección Civil ha emitido alertas a la población, instando a la precaución y a la adopción de medidas preventivas.

El nombre “canícula” tiene un origen fascinante. En la antigüedad, se observó que este periodo de calor coincidía con la aparición en el cielo de la constelación del Can Mayor y su brillante estrella Sirio. Se creía entonces que la intensidad del brillo de Sirio era la causante del aumento de las temperaturas. Una creencia que, aunque hoy sabemos que no es científicamente correcta, nos conecta con la manera en que nuestros antepasados interpretaban los fenómenos naturales.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha pronosticado que la canícula de 2025 se presentará entre el 3 y el 15 de julio, extendiéndose hasta agosto. Esto significa semanas de calor extremo que afectarán a una extensa región del país. Las consecuencias para la salud pueden ser serias: desde golpes de calor y deshidratación, hasta complicaciones en enfermedades crónicas como la hipertensión o padecimientos respiratorios.

Ante esta situación, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ha publicado una serie de recomendaciones para la población de los estados afectados. Es fundamental mantenerse informado y seguir estos consejos para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Adultos mayores, niños y mascotas son particularmente vulnerables a las altas temperaturas y requieren cuidados especiales.

No subestimemos el impacto de la canícula. Preparémonos para enfrentar este reto climático con responsabilidad. Mantengámonos hidratados, evitemos la exposición prolongada al sol en las horas de mayor intensidad, y prestemos atención a las señales de nuestro cuerpo. La solidaridad también será crucial. Estemos pendientes de nuestros vecinos, especialmente de aquellos que viven solos o que tienen alguna condición de salud que los haga más vulnerables. Juntos, podemos superar este periodo de calor extremo y asegurar el bienestar de todos. Informémonos, preparémonos y cuidémonos mutuamente.