El calor abrasador se acerca. Imaginen un sol implacable, cielos despejados que parecen irradiar fuego, y una sequedad en el aire que pica en la garganta. La canícula de 2025 promete ser intensa, extendiendo sus brazos inclementes sobre más de 20 estados de la República Mexicana. Prepárense, porque se pronostican 40 días de temperaturas extremas, con el mercurio ascendiendo a niveles que podrían superar los 45 grados. Baja California, desafortunadamente, se encuentra en la línea de fuego, lista para recibir el impacto directo de esta ola de calor.

La canícula, un fenómeno conocido desde tiempos ancestrales, recibe su nombre de la constelación del Can Mayor y su brillante estrella Sirio. Nuestros antepasados, observando la coincidencia entre la aparición de Sirio en el cielo y el aumento de las temperaturas, atribuyeron a esta estrella el poder de intensificar el calor. Hoy, la ciencia nos explica que este periodo de altas temperaturas, baja precipitación y cielos despejados se debe a un calentamiento excesivo del aire. Independientemente de su origen mitológico o científico, la realidad es una: el calor extremo representa un peligro real, especialmente para aquellos que se exponen al sol durante las horas pico, entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde.

Las autoridades de Protección Civil, conscientes de la gravedad de la situación, ya han comenzado a emitir alertas a la población. La prevención es clave, y la información oportuna puede marcar la diferencia entre un verano incómodo y una verdadera emergencia de salud. Golpes de calor, deshidratación e incluso complicaciones en enfermedades crónicas como la hipertensión y padecimientos respiratorios son solo algunos de los riesgos que enfrentamos. El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en un esfuerzo por proteger a la ciudadanía, ha publicado una serie de recomendaciones cruciales para afrontar esta temporada de calor extremo.

¿Qué podemos hacer para protegernos? La hidratación es fundamental. Llevar siempre una botella de agua y beber constantemente, incluso si no sentimos sed, es la primera línea de defensa contra la deshidratación. Evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor intensidad, buscar la sombra de árboles o edificios, y usar ropa ligera y de colores claros son medidas sencillas pero efectivas. Recordemos que los adultos mayores, los niños y las mascotas son especialmente vulnerables a los efectos del calor y requieren de cuidados adicionales.

No subestimemos el poder del sol. La canícula de 2025 se perfila como un evento climático de gran magnitud. Informémonos, preparémonos y tomemos las precauciones necesarias para proteger nuestra salud y la de nuestros seres queridos. Mantengámonos alerta a las indicaciones de las autoridades y sigamos las recomendaciones del ISSSTE. Juntos, podemos superar este desafío y disfrutar de un verano seguro, a pesar del calor intenso. La prevención es nuestra mejor aliada.