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4 de junio de 2025 a las 15:55

Tragedia en Icacos: Abuelita muere ahogada

La tragedia tiñó de gris las doradas arenas de Icacos. Una idílica postal de Acapulco, bañada por el sol y el incesante rumor del mar, se transformó en escenario de una dolorosa pérdida. Una abuelita de 80 años, con la vitalidad que solo la experiencia puede otorgar, sucumbió a la fuerza implacable del Mar de Fondo. Llegada desde la bulliciosa Ciudad de México, buscando quizá la tranquilidad y la caricia de la brisa marina, encontró un destino fatal.

Las olas, imponentes y embravecidas, desafiaban las advertencias de las autoridades. Las banderolas rojas, como lenguas de fuego, ondeaban alertando del peligro. Las voces de los salvavidas resonaban en la playa, instando a la prudencia. Pero el llamado del mar, a veces, es demasiado fuerte. Y así, la abuelita, ajena quizá a la magnitud del riesgo, se adentró en las aguas traicioneras.

Testigos presenciales describen la escena con angustia. Un remolino, caprichoso y violento, la atrapó en sus fauces. La fuerza de la corriente la arrastró mar adentro, ante la impotencia de quienes observaban desde la orilla. La valentía de algunos bañistas no se hizo esperar. Se lanzaron al agua, luchando contra la corriente, en un desesperado intento por rescatarla.

Finalmente, lograron traerla de vuelta a la arena, a los pies del imponente Hotel Presidente. El cuerpo yacía inerte, la vida escapándose con la misma rapidez con la que las olas se retiran de la playa. Los primeros auxilios, administrados con premura y esperanza, fueron en vano. El mar, en su danza implacable, había reclamado una vida.

La noticia se extendió como la pólvora, dejando un manto de tristeza y consternación. La Fiscalía General del Estado, con la solemnidad que la ocasión amerita, inició las investigaciones pertinentes. La Guardia Nacional acordonó la zona, preservando la escena para el trabajo de los peritos. El murmullo de los turistas se apagó, reemplazado por el silencio respetuoso ante la tragedia.

Este lamentable suceso nos recuerda la fuerza indomable de la naturaleza y la importancia de respetar sus advertencias. El Mar de Fondo, un fenómeno recurrente en las costas del Pacífico, es un recordatorio constante de la fragilidad humana ante la inmensidad del océano. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil Guerrero insiste en la necesidad de acatar las recomendaciones. Evitar los deportes acuáticos, no ingresar al mar, no caminar por la franja de arena y, sobre todo, atender las indicaciones del personal de salvavidas son medidas cruciales para preservar la vida.

El sector turístico, consciente de su responsabilidad, debe reforzar las medidas de seguridad. Las banderolas rojas, las indicaciones claras a los bañistas y la presencia constante de salvavidas son fundamentales. Retirar el mobiliario de la playa, en especial durante la presencia del Mar de Fondo, puede prevenir daños materiales y, lo más importante, salvaguardar vidas humanas. A los navegantes, se les exhorta a atender las indicaciones de Capitanía de Puerto y las autoridades locales.

La tragedia de Icacos es un llamado a la reflexión. Disfrutar de la belleza del mar implica también respetar su poder. La prudencia, la atención a las advertencias y el respeto a la naturaleza son las mejores herramientas para evitar que la alegría de un día de playa se transforme en una tragedia irreparable. Que la memoria de esta abuelita nos recuerde la importancia de la prevención y el respeto al mar.

Fuente: El Heraldo de México