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4 de junio de 2025 a las 09:55

Millones de mexicanos con problemas de visión

La salud visual en México se enfrenta a un panorama preocupante. Millones de mexicanos, un estimado del 70% de la población, conviven diariamente con alguna deficiencia visual que impacta directamente en su calidad de vida. Desde los errores refractivos más comunes, como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, hasta afecciones más complejas, la vista de los mexicanos se encuentra bajo asedio. La miopía, en particular, se ha convertido en una epidemia mundial, un problema que se agrava con el estilo de vida moderno y el uso excesivo de dispositivos electrónicos.

Este escenario se complica aún más con la creciente prevalencia del síndrome de ojo seco, una consecuencia directa de las largas horas que pasamos frente a pantallas. A esto se suman enfermedades degenerativas que, de no detectarse a tiempo, pueden causar daños irreversibles, comprometiendo seriamente la visión e incluso llevando a la ceguera. Enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes y la hipertensión, tan comunes en nuestra población, también juegan un papel importante en el deterioro de la salud visual, desencadenando patologías como la retinopatía diabética, el glaucoma y las cataratas.

La pandemia de COVID-19 y la consecuente implementación de clases virtuales han exacerbado la problemática, particularmente en los niños. El aumento en el tiempo frente a pantallas ha disparado los casos de miopía infantil. Se estima que entre el 50% y el 60% de los menores presentan algún defecto refractivo, un incremento alarmante comparado con el 30% registrado antes del 2020. Si estos problemas no se corrigen a tiempo durante la infancia, puede desarrollarse ambliopía, conocida como "ojo flojo", una condición permanente que impide una visión nítida incluso con el uso de lentes.

Ante este panorama, la prevención y la detección temprana son cruciales. Acudir a revisiones oftalmológicas desde el primer mes de vida es fundamental para identificar y tratar cualquier problema visual en etapas tempranas. En adultos, la visita anual al oftalmólogo es indispensable. Además, adoptar hábitos saludables como una alimentación balanceada, la práctica regular de ejercicio y limitar el tiempo de exposición a dispositivos electrónicos, especialmente en niños, son medidas esenciales para proteger nuestra vista.

La regla 20-20-20, que consiste en descansar la vista cada 20 minutos mirando a un objeto a 20 pies de distancia durante 20 segundos, es una herramienta sencilla pero efectiva para reducir la fatiga ocular y prevenir problemas a largo plazo.

Sin embargo, el acceso a la atención oftalmológica y a tratamientos representa un desafío económico para muchas familias mexicanas. El costo de unos lentes correctivos, aunque parezca accesible para algunos, puede ser una carga para otros. Tratamientos más complejos, como la cirugía de cataratas o el tratamiento para el queratocono, implican un gasto considerable que no todos pueden afrontar, especialmente en zonas rurales donde el acceso a servicios de salud es limitado. Es necesario, por tanto, implementar políticas públicas que garanticen el acceso a la salud visual para todos los mexicanos, independientemente de su nivel socioeconómico. Invertir en la prevención y el tratamiento de las enfermedades visuales es invertir en el bienestar y la productividad de nuestra sociedad.

Fuente: El Heraldo de México