Amigos, seguidores, y todos aquellos interesados en la verdad detrás de los titulares sensacionalistas: quiero dirigirme a ustedes directamente para aclarar las recientes especulaciones sobre mi persona y mi familia. Me encuentro en la incómoda posición de tener que desmentir públicamente información falsa y dañina que ha circulado en algunos medios de comunicación, específicamente en una revista de espectáculos que, lamentablemente, prioriza el escándalo sobre la veracidad.

Se ha dicho que he recaído en el alcoholismo, que he agredido a mi madre con un arma blanca, e incluso que mi difunto padre, Andrés García, me disparó en algún momento de mi vida. Les puedo asegurar, con la mano en el corazón, que estas afirmaciones son completamente falsas, inventadas, y francamente, absurdas. Jamás, bajo ninguna circunstancia, le levantaría la mano a mi madre, a quien amo y respeto profundamente. La simple idea me repugna y me duele profundamente que se difundan semejantes calumnias.

En cuanto a mi padre, todos sabemos que era un hombre de carácter fuerte, pero la historia del disparo es una completa fabricación. Es lamentable que se utilice la memoria de mi padre para crear historias sensacionalistas que solo buscan vender revistas a costa de la verdad y del dolor de una familia que aún está de luto.

Es cierto que he estado en una clínica de rehabilitación recientemente. Sin embargo, la razón de mi ingreso no tiene nada que ver con las historias fantasiosas que se han contado. La verdad es que, como muchos de ustedes saben, he atravesado un período muy difícil en mi vida. La pérdida de mi padre, Andrés García, un hombre que fue mi guía, mi mentor y mi amigo, me dejó un vacío inmenso. A esto se sumó la pérdida de mis queridas mascotas, mis gatos, que eran parte de mi familia y me brindaban compañía y afecto incondicional. Además, he estado lidiando con la compleja situación legal en torno a un departamento, lo cual ha añadido una carga adicional de estrés y preocupación a mi vida.

Todos estos eventos, acumulados en un corto período de tiempo, me llevaron a un estado de profunda tristeza y depresión. Fue por decisión propia, y con el apoyo de mi familia, que decidí ingresar a una clínica de rehabilitación para buscar ayuda profesional y recuperar mi equilibrio emocional. No fui forzado ni obligado por nadie. Fue un acto de amor propio, un reconocimiento de que necesitaba apoyo para superar este momento difícil.

Lamento profundamente que se haya tergiversado la situación y se hayan creado historias falsas a mi alrededor. Ya he contactado a mi abogado y tomaremos las medidas legales necesarias contra quienes han difundido estas mentiras. No puedo permitir que se manche mi nombre y el de mi familia con impunidad.

Agradezco a todos aquellos que me han mostrado su apoyo y comprensión en estos momentos difíciles. Les pido que no se dejen engañar por las noticias sensacionalistas y que confíen en la verdad que les he compartido. Estoy comprometido con mi recuperación y con seguir adelante con mi vida, honrando la memoria de mi padre y trabajando para construir un futuro positivo.