La sonrisa de Misael Galván, "El Piñas", brilla más que el sol de Tehuacán. Tras dos semanas de ausencia forzada, vuelve a ocupar su esquina en Avenida Independencia Oriente y 27 Sur, un punto que ya no solo es una ubicación en el mapa, sino un símbolo de resiliencia y la fuerza de la comunidad. El aroma a piña fresca y coco vuelve a impregnar el aire, un bálsamo no solo para el olfato, sino también para el alma de una ciudad que se unió en apoyo a este joven emprendedor. La agresión que sufrió Misael conmocionó a Tehuacán y trascendió fronteras, generando una ola de solidaridad que hoy se traduce en un cálido recibimiento.

"No hay rencor", declara con una firmeza admirable, demostrando una madurez que contrasta con la violencia que experimentó. Sus palabras, "la impunidad nunca será opción", resuenen con la esperanza de que la justicia prevalezca. Es un llamado a las autoridades, una exigencia pacífica pero contundente que nace de la convicción de que un futuro mejor se construye sobre la base del respeto y la legalidad. Misael no solo busca justicia para sí mismo, sino para todos aquellos que, como él, se esfuerzan día a día por un futuro digno.

Su regreso no es solo la vuelta a la rutina, es un triunfo del espíritu humano. Es la prueba de que la solidaridad puede ser un motor de cambio, un escudo protector frente a la adversidad. La historia de Misael, "El Piñas", se convierte así en un ejemplo de perseverancia y en un recordatorio de la importancia de apoyarnos mutuamente.

A partir de las 10:00 de la mañana y hasta las 5:00 de la tarde, de lunes a viernes, el puesto de Misael estará abierto, ofreciendo no solo refrescantes cocos y piñas, sino también una dosis de esperanza. Cada vaso que prepara es un símbolo de su lucha, una invitación a saborear no solo la fruta, sino la dulzura de la victoria.

Visitar a Misael es mucho más que comprar un postre; es un acto de apoyo, un gesto de solidaridad que alimenta el espíritu emprendedor y fortalece el tejido social. Es una manera de decirle a Misael, y a todos aquellos que luchan por un futuro mejor, que no están solos. Tehuacán te espera, Misael. México te espera.

Comparte esta historia, apoya a los emprendedores locales, y sé parte de la reconstrucción de un México más justo y solidario. El sabor de la piña y el coco nunca supo tan bien. ¡Bienvenido de vuelta, Misael!