La noche del lunes, la furia de la naturaleza se desató sobre Iztapalapa. Un diluvio torrencial, como pocas veces se ha visto, azotó con fuerza varias colonias de la zona oriente, dejando a su paso un rastro de inundaciones y familias afectadas. Acatitla Zaragoza, La Colmena, San Lorenzo Xicotencatl y Ejército de Oriente fueron las zonas más golpeadas por la inclemencia del temporal. Imaginen el panorama: calles convertidas en ríos, casas inundadas, pertenencias flotando a la deriva… una escena desoladora que requería una respuesta inmediata.

Y la respuesta llegó. Desde el primer momento, la alcaldesa Aleida Alavez Ruiz, junto con su equipo de gobierno, se puso al frente de la situación. No desde la comodidad de una oficina, sino en el terreno, junto a los afectados, coordinando las labores de rescate y apoyo. Servicios Urbanos, Protección Civil, y otras áreas de emergencia trabajaron sin descanso, desde la tarde-noche del lunes hasta la madrugada del martes, brindando auxilio a quienes lo necesitaban. Una imagen conmovedora: la alcaldesa, con el agua hasta los tobillos, dirigiendo las operaciones, escuchando las preocupaciones de los vecinos, transmitiendo calma y esperanza en medio del caos.

El diálogo, una vez más, demostró su poder. Un grupo de vecinos de San Lorenzo Xicoténcatl y Juan Escutia, desesperados por la situación, bloquearon la circulación en Ignacio Zaragoza. La alcaldesa Alavez Ruiz, en lugar de recurrir a la fuerza, optó por el diálogo. Se reunió con la comisión de vecinos, escuchó sus demandas y llegó a un acuerdo que permitió liberar la vialidad. Una lección de cómo la comunicación y la empatía pueden resolver conflictos en momentos de crisis.

Más de 660 familias, según las estimaciones, resultaron afectadas por las inundaciones. Para dimensionar la magnitud del desastre, piensen en las historias que se esconden detrás de cada una de esas familias: niños asustados, padres angustiados, abuelos preocupados… Un escenario que nos recuerda la importancia de la solidaridad y la ayuda mutua.

La maquinaria pesada, las pipas de agua, las herramientas… todos los recursos disponibles se desplegaron para atender la emergencia. La alcaldesa, con una energía incansable, encabezó los trabajos de limpieza y desazolve, organizando brigadas para realizar un censo de las familias afectadas. Una tarea titánica que requirió de la colaboración de todos.

No solo se trató de limpiar las calles y desazolvar las coladeras. También se proporcionó a los vecinos escobas, jaladores, jergas, detergentes y cloro, para que pudieran limpiar y desinfectar sus hogares. Un gesto de apoyo práctico y necesario para recuperar la normalidad. Brigadas de Atención Ciudadana recorrieron casa por casa, atendiendo las necesidades particulares de cada familia. Incluso se implementaron brigadas médicas para aplicar la vacuna contra el tétanos, previniendo posibles complicaciones de salud.

Y la labor no termina aquí. Las tareas de limpieza y emergencia continuarán en los próximos días, ante los pronósticos de más lluvias. Las brigadas de la alcaldía y del gobierno de la CDMX se mantendrán alertas, vigilando la situación y listas para actuar en caso de ser necesario. La aseguradora, contratada por el Gobierno de la Ciudad, se encargará de los trámites correspondientes para que las familias afectadas puedan recibir la indemnización que les corresponde. Un mensaje de tranquilidad en medio de la adversidad: Iztapalapa no está sola.