La crisis hídrica en la Ciudad de México ha vuelto a evidenciarse con la furia de las recientes inundaciones. Más allá de las declaraciones oficiales y la creación de gabinetes, la realidad nos golpea con la crudeza de avenidas convertidas en ríos, bajopuentes intransitables y el acceso al aeropuerto bloqueado por la fuerza del agua. La imagen de una ciudad paralizada no por las protestas sociales, sino por la incapacidad de gestionar el agua, es una llamada de atención que no podemos ignorar. Se requiere un cambio de paradigma, una verdadera transformación en la forma en que nos relacionamos con este recurso vital. No se trata solo de administrar la escasez, sino de comprender el ciclo completo del agua, desde su captación hasta su disposición final, pasando por su uso responsable y su eventual recuperación.

Organizaciones como Agua Capital, liderada por Eduardo Vázquez, se erigen como faros de conocimiento y experiencia en este complejo panorama. No son simples observadores, sino actores clave que han desarrollado estudios profundos y proponen soluciones concretas para el futuro hídrico del Valle de México. Su trabajo va más allá de la teoría, adentrándose en la práctica con técnicas probadas para afrontar la sequía, proteger las fuentes de agua dulce y conservar áreas naturales estratégicas para la recuperación del ciclo hídrico. Un ejemplo tangible de su compromiso es el proyecto conjunto con la Fundación Femsa para la protección de los acuíferos del Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, una fuente vital que abastece a la capital.

La iniciativa del programa “Captación de Cosecha de Lluvia” en los mercados de la ciudad es un paso en la dirección correcta, pero insuficiente ante la magnitud del reto. Es imperativo que el gobierno capitalino reconozca la invaluable experiencia del sector privado y se alíe con organizaciones como Agua Capital para trazar un plan integral y a largo plazo. Ignorar este llamado a la colaboración, persistir en la improvisación y las soluciones aisladas, podría considerarse un acto de irresponsabilidad frente a una ciudadanía que sufre las consecuencias de la ineficiencia. La alternancia entre la escasez y las inundaciones es un síntoma claro de que el modelo actual no funciona. Necesitamos un enfoque holístico, basado en la ciencia y la experiencia, que nos permita construir una ciudad resiliente ante los desafíos hídricos del presente y del futuro. El tiempo de las promesas ha terminado, es hora de actuar con decisión y con la inteligencia colectiva que reside en la colaboración entre el sector público y la experiencia del sector privado.

En otro orden de ideas, el mercado inmobiliario continúa ofreciendo oportunidades de inversión para los mexicanos en Estados Unidos. Eagle Property Capital Investments, la firma liderada por Gerardo Mahuad y Rodrigo Conesa, se prepara para levantar un nuevo fondo de entre 300 y 500 millones de dólares. Este capital se destinará a la adquisición y reposicionamiento de edificios multifamiliares en los atractivos mercados de Texas y Florida. Con un historial probado de éxito y un retorno de inversión cercano al 24% en fondos anteriores, esta nueva iniciativa se presenta como una opción interesante para aquellos que buscan diversificar sus inversiones y participar en el dinámico mercado inmobiliario estadounidense. El atractivo de estos estados, combinado con la experiencia de la firma, genera expectativas positivas para los inversionistas.