La sombra de la incertidumbre se cierne sobre El Mezquital tras la jornada electoral del pasado domingo. Diecinueve urnas, diecinueve receptáculos de la voluntad popular, se esfuman en un acto que ha sacudido los cimientos del proceso democrático en este municipio. Diputados federales y locales de Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con la frente en alto y la voz firme, han presentado una denuncia formal ante la Fiscalía General de la República (FGR), exigiendo justicia y transparencia. No se trata simplemente de un robo material, sino de un atentado contra la esencia misma de la democracia, un intento de silenciar la voz del pueblo.

La coalición, convencida de su triunfo en El Mezquital, se alza como un bastión defensor de la legalidad. Sus representantes, con la convicción que da la lucha por la justicia, han declarado que no claudicarán en su empeño de que se respete la voluntad ciudadana. "La denuncia busca dar claridad al proceso y certidumbre a las y los ciudadanos de que su decisión será respetada", afirman con vehemencia. Sus palabras resuenan en cada rincón del municipio, en cada corazón que anhela un proceso electoral limpio y transparente. No se trata de una simple declaración, sino de un compromiso inquebrantable con la democracia.

La mirada se centra ahora en la FGR, en la responsabilidad que recae sobre sus hombros para esclarecer los hechos. La coalición, en un acto de profunda confianza en las instituciones, solicita una investigación exhaustiva, especialmente en aquellas zonas donde su apoyo popular es innegable. No buscan culpables a priori, sino que la verdad brille con la fuerza de la justicia. Que se sancione a los responsables, sea quien sea, es el clamor que se escucha desde El Mezquital.

La presencia de Gerardo Villarreal Solís, secretario general del PVEM en Durango, durante la presentación de la denuncia, refuerza la unidad y la determinación de la coalición. Su participación es un símbolo de la fuerza colectiva, de la unión de voluntades en la búsqueda de un objetivo común: la defensa de la democracia.

El robo de las urnas en El Mezquital no es un hecho aislado, sino un síntoma de una enfermedad que amenaza con corroer las bases de nuestra sociedad. Es un llamado a la reflexión, a la acción, a la defensa de nuestros derechos. La coalición, con su denuncia, ha dado el primer paso. Ahora, es responsabilidad de todos los ciudadanos, de las instituciones y de la sociedad en su conjunto, unirnos en la lucha por un México más justo y democrático. El futuro de El Mezquital, y el de todo el país, depende de ello. La esperanza, como una llama inextinguible, se mantiene viva en el corazón de quienes creen en la fuerza de la democracia.