La Ciudad de México se vio sometida a una dura prueba durante la tarde del lunes y la madrugada del martes, cuando intensas lluvias azotaron la metrópolis, dejando a su paso un panorama de calles inundadas, vehículos varados y una movilización sin precedentes por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). No se trató de un evento aislado, sino de un fenómeno que abarcó la totalidad de la Zona Metropolitana, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y la solidaridad de los ciudadanos.

Desde el Oriente hasta el Poniente, del Norte al Sur, la presencia de los efectivos de la SSC se hizo notar. Policías de Tránsito, Bancaria e Industrial (PBI), Auxiliares (PA) y Ribereña trabajaron incansablemente para restablecer el orden en el caos. Su labor fue crucial para agilizar la circulación vehicular, tan afectada por las inundaciones, y para brindar alternativas de transporte a una ciudadanía atrapada por la inclemencia del tiempo. Imaginen el escenario: bajopuentes convertidos en piscinas improvisadas, como en Viaducto y Troncoso, o Periférico y San Antonio, con vehículos sumergidos hasta el techo. En esos puntos críticos, la labor de rescate y auxilio se volvió primordial.

Las principales arterias viales de la ciudad, como Viaducto y Circuito Interior, o Viaducto Río de la Piedad y Eje 3 Troncoso, se convirtieron en ríos caudalosos, demandando la intervención coordinada de Tránsito para implementar dispositivos de movilidad y garantizar, en la medida de lo posible, la circulación de los conductores. La noche se tornó larga y complicada para muchos, con la angustia de ver sus vehículos averiados por la fuerza del agua, una situación que se repitió en diversas colonias de Iztapalapa, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Xochimilco, entre otras.

Iztapalapa, una de las alcaldías más pobladas, sufrió las consecuencias con mayor intensidad. La Calzada General Ignacio Zaragoza, una vía fundamental para la movilidad de la zona, vio sus carriles centrales y laterales inundados a la altura de Balvanera, en la colonia San Lorenzo Xicotencatl. Un espejo de agua de aproximadamente 200 metros transformó la avenida en un escenario casi apocalíptico. La rápida respuesta de la SSC fue fundamental, con efectivos trabajando en la apertura de coladeras y personal de Tránsito desviando la circulación hacia Ermita y República Federal, buscando desahogar el tráfico y minimizar el impacto de la inundación.

La situación no fue menos crítica en la Zona Norte, específicamente en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde el Gran Canal y Periférico se convirtieron en una extensión del propio canal, con un tirante de agua de 30 centímetros que dificultaba el paso. Iztacalco también se vio afectada, con encharcamientos importantes en Canal de Río Churubusco y Lebrija, en la colonia Agrícola Pantitlán, donde el agua alcanzó un impresionante tirante de 150 centímetros.

A lo largo de la noche y la madrugada, más de 6 mil policías desplegados por toda la Ciudad de México trabajaron sin descanso. Su labor no se limitó al control del tráfico y la asistencia a la ciudadanía, sino que también incluyó el retiro de 64 vehículos de las zonas inundadas. Una tarea titánica que permitió a los propietarios contactar a sus aseguradoras y comenzar el proceso de recuperación, con la tranquilidad de saber que sus vehículos no fueron llevados a ningún depósito vehicular. Una muestra más de la dedicación y el compromiso de la SSC con la seguridad y el bienestar de los habitantes de la Ciudad de México. Esta intensa jornada nos recuerda la importancia de la prevención y la preparación ante las inclemencias del tiempo, así como el valor del trabajo conjunto entre autoridades y ciudadanos para superar las adversidades.